Capítulo 8.

635 38 3
                                    

Capítulo 8.

Bueno, lo siento, sigue sin haber demasiada acción :S Pero no os preocupéis, que a partir del siguiente vais a alucinar^^ Y os digo lo mismo de siempre: he intentado meter pizcas de humor para hacer la lectura más amena, ya que no hay nada de peligro... ¿o sí? Comentarios por favor^^

-----------------------------------------------

Capítulo 8.

–¿Qué…? ¿Cómo…? –Traté de formular la pregunta correcta, la que me pudiera asegurar una respuesta fiable, pero no conseguí encontrarla. Aunque, tratándose de Ancel, tampoco obtendría una buena explicación.

–¿Crees en el destino? –Preguntó Ancel, sin hacer caso a mis balbuceos.

–No sé… sí pero no –me lanzó una mirada maliciosa.

–Luego dices que no soy claro.

Le saqué la lengua.

–Me lo estás pegando. Aléjate un metro de aquí, que no tardaré en empezar a hablar de lo buena que estoy.

Él reprimió una risa.

–Explícate –dijo después de un silencio.

–Quiero decir, no creo en que todo esté escrito, pero sí creo en que las cosas pasan por algo. O sea, a lo mejor mi muerte está relacionado con algo mucho más grande…

–No sabes lo bien encaminada que vas –murmuró, más para sí mismo que para mí.

No obstante, lo oí. Y, la verdad, no supe qué pensar acerca de ello, por lo que lo dejé pasar.

–Pero si tengo que hacer algo importante, pueden pasar varias cosas –arqueó las cejas, dándome a entender que se había perdido en el “pero” –. A ver, ¿no has visto…? –Me interrumpí–. Oh, claro. No sabes lo que es una película.

–Saberlo, lo sé. Pero nunca he visto una. Sí que he leído libros, sin embargo.

–¿En serio? ¿Sobre cómo conquistar territorios?

–Era soldado, pero no el rey de roma.

–Es igual. Explica lo de los libros.

–Bueno, digamos que Lucifer y yo somos conocidos, y él ostenta un gran poder sobre el mundo inmaterial y también sobre el material. El porqué, te lo contará él si quiere.

–Guau. Me has hablado del mismísimo Diablo como si fuera tu mejor amigo. ¿Sabes? Creo que hasta hace unos segundos, ni siquiera sabía que Satanás existía.

–Ahora sí –sonrió–. Bien, pues él consiguió convertir libros materiales en esencia, y traerlos al Otro Lado. Es un largo proceso, así que no me preguntes acerca de ello... Y, bueno, también aquí hay escritores.

Asentí.

–Bien, pues supongo que algún libro habrás leído sobre el típico protagonista que tiene un destino mega importante.

–Ajá.

–Pues a eso me refiero. Ese tipo de destino que está escrito y  no se puede cambiar. No creo en eso, sobre todo porque al final lo acaban cambiando. Creo que las cosas no pasan porque sí, pero no creo en que nuestro futuro está escrito.

–Lo he pillado –sonrió.

–Mejor, porque me había quedado muy bien y no pensaba repetírtelo.

Me di cuenta de repente de que aún estábamos a lomos del semental negro de Ancel. El caballo no se había movido nada, y aguardaba pacientemente a que su amo diera alguna orden.

Al otro lado de la ventana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora