Mirai _______ se encontraba lidiando con un torrente de emociones mientras avanzaba a toda prisa por las escaleras de un imponente edificio. El miedo, la desesperación y la angustia la envolvían en una atmósfera de soledad abrumadora.
Su respiración se volvía irregular mientras ascendía desde el quinto piso de un edificio de 45. Su destino era la azotea de la Corporación Cápsula.
El tiempo pasaba lentamente, y habiendo olvidado la excursión escolar de ciencia que tenía lugar, se encontraba rodeando los obstáculos que ello implicaba.
Finalmente, en la azotea, se permitió un breve respiro, asegurándose de que nadie la observara antes de elevarse a un punto más alto, fuera de la vista de cualquier testigo no deseado.
Su mente estaba llena de las palabras angustiadas de su hermana menor, Bura, que le informó sobre la crítica situación de su madre.
En un mundo en el que su hermano estaba ausente debido a su trabajo en la Patrulla del Tiempo y no podía contar con él en casa, Mirai _______ se esforzó al máximo para llegar a su destino. Aterrizó en el balcón de su hogar y se apresuró a buscar a Bura.
— ¿Dónde está mi Madre? —preguntó con urgencia.
— ¡En el área industrial! —respondió Bura con los ojos llenos de lágrimas.
Sin perder un segundo, Mirai _______ se dirigió hacia la parte señalada. Subió las escaleras a toda velocidad, consciente de que todavía llevaba puesto su overol de trabajo, su cabello trenzado y la gorra roja de C.C.
Una voz intentó detenerla en su camino, pero ella lo ignoró, centrada en su única meta: llegar a su madre.
Finalmente, llegó al laboratorio de su madre pero se encontró con que el acceso estaba bloqueado. Necesitaba usar su tarjeta de miembro de la C.C. para ingresar.
Con rapidez, pasó la tarjeta por el lector y, tras una breve espera, la puerta se abrió. Mirai ______ corrió al interior, donde encontró a su madre en una camilla, su padre a su lado y la versión presente de Bulma junto a una computadora.
— _____, ¿qué haces aquí? —preguntó su padre, desconcertado.
La peli-lila entró en la habitación, aparentemente ignorando a su padre.
— ¿Ma... Mamá? ¿Qué está...? —comenzó a revisar a su alrededor, centrando su atención en el monitor de ritmo cardíaco. El corazón de Mirai Bulma latía lentamente, una señal de que su vida pendía de un hilo.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó Vegeta con un tono enojado mientras tomaba la mano de la enferma—. ¿No deberías...?
— ¡¿Qué está pasando?! —preguntó Mirai con agresividad, su madre rió levemente—. ¡No es gracioso! ¿Qué está pasando, Mamá?
— ¿No te has dado cuenta? ¿O es que no lo quieres aceptar? —respondió su madre, se le oía enferma. Tosía de vez en cuando pero no soltaba la mano de su amado esposo. Agradecía poder morir con él a su lado. Se iba feliz.
— ¡¿Qué está pasando?! —preguntó nuevamente pero esta vez con más agresividad, enojo y lágrimas en los ojos.
— No grites —intervino Vegeta con un tono calmado aunque nervioso.
La Bulma del Presente llamó la atención de Mirai _____ tomando su hombro.
— _____, cálmate, por favor. Mi yo del futuro..― susurró.
Mirai _____ bajó la cabeza, todo comenzaba a tener sentido. Las veces en que su madre estaba ausente durante la cena, cuando no quería que nadie se le acercara, cuando se encerraba en su habitación y solo Vegeta o Bulma podían entrar, las veces en que ella preguntaba qué sucedía y su madre respondía diciendo que solo estaba cansada. Todo encajaba ahora.