Capitulo 11

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La habitación estaba llena de humo, costaba ver qué había más adelante. Podía oler e identificar diversas drogas mezcladas en el aire. Comenzó a marearse y a relajarse más de lo normal seguramente por los efectos de éstas.

Vio a dos chicas tiradas en el piso, casi pisa a una y había otras dos más bailando.

Henry estaba en el centro de la habitación sentado sobre una silla de madera rodeado de gatos.

-¡Mi querida!-se levantó al verla y sonrió de oreja a oreja.

En un parpadeo ya estaba parado frente a ella observándola con sus amarillentos ojos de gato con detenimiento.

Ella se sobresaltó, tenía miedo de estar en esa habitación.

La jaló del brazo y en un segundo la llevó hasta la silla de madera. Se sentó y la sentó sobre sus piernas sin el menor esfuerzo como si fuera una niña.

Incómoda intentó quitarse pero él la inmovilizaba.

El vampiro líder volteó a ver a las demás chicas.

-¿No es hermosa?- les dijo señalando a la humana-Pronto será su reina y madre.

Como marionetas, sus cuatro esclavas aplaudieron y rieron.

Lo odiaba, lo despreciaba más que a nadie en el mundo. Cerró los puños con fuerza comenzado a temblar. Miró a su alrededor buscando algo filoso.

En la orilla de la cama vio una jeringa.

Henry miró sus ropas con detenimiento. Ella estaba usando una ligera falda negra a la rodilla y una sencilla blusa de tirantes rosada. El vampiro líder arañó con sus negras uñas los brazos de su silla rasgando la madera.

-¿Porqué no estas usando la elegante ropa que te di?

Annete sintió frío. El tono que había usado era uno de peligro. No quería voltear pero sabía que estaba enfadado. Volvió a mirar la jeringa que estaba sobre la cama.

-Porque es demasiado elegante para ensuciarla entrenando.-mintió.

-No es la ropa que te obsequié.-insistió con tono impaciente.

-Pero yo...

-¿No te gustan mis obsequios?-la interrumpió alzando la voz y comenzando a sonar agresivo.

Ella ya iba a volver a replicar cuando dio un pequeño brinco y sintió las largas y filosas uñas del vampiro recorriendo con lentitud su muslo.

-Así no debería vestir la futura madre del nido, con estas simples telas y corrientes faldas...

Ella cerró a prisa las piernas cuando sintió su fría mano subir más. Apretó los labios y se mordió el inferior con mucha fuerza. No quería que la tocara que le pusiera un dedo encima. Sin pensarlo dos veces reunió la fuerza que pudo, se soltó y tomó la jeringa.

Henry se plantó detrás de ella en un parpadeo.

Sabía que estaba a su espalda, podía sentirlo. Se dio la vuelta y con fuerza clavó la jeringa violentamente justo en medio del cuello de Henry.

El vampiro líder retrocedió dos pasos y abrió los ojos lo más que pudo.

Annete lo miró, lo había herido. Su respiración estaba agitada. Miró hacia todas direcciones con desesperación.

Justo cuando creyó haber logrado algo, Henry pegó una carcajada. Tomó la jeringa y la arrancó de su propio cuello y jugueteó con ella en la mano.

Luz EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora