XI

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Aquel sitio era completamente blanco, justo como en los laboratorios en los que vivió por noventa y siete años.

— ¿Lexa? — Preguntó Alex confundida sin dejar de mirar a la castaña frente a sus ojos, que ciertamente era como verse en un espejo.— ¿Eres realmente tú?

Lexa se limitó a asentir y le ofreció la mano para ayudarla a ponerse de pie. Alex miró a su alrededor, confundida y con la cabeza llena de preguntas.

— ¿Dónde estamos? — Preguntó volviendo su mirada a Lexa.— ¿Estoy muerta?

— No. — Respondió la comandante comenzando a caminar.— No es tu tiempo, aún.

— Sentí un dolor agudo en la espalda y después, no recuerdo nada más. —Dijo Alex siguiéndole el paso.

— Has hecho un gran trabajo Álex. —Dijo Lexa deteniéndose y volteandose para mirarla.— Has sido muy valiente. Arriesgar tu vida, por mi gente...y por Clarke... Dice mucho de ti.

— Sólo hice lo que tú hubieras hecho. — Dijo Alex dedicándole una sonrisa.—  Quiero saber, ¿Eras tú? Quiero decir, en la pelea contra Roan.

— No completamente. — Contestó Lexa poniéndose a andar nuevamente.— Tú hiciste la mayoría del trabajo, yo solo te guié.

— ¿Cómo es que puedo verte...y hablar contigo? — Preguntó Alex comenzando a caminar con ella.

— Aún no lo logro entender del todo, pero seguramente tú tendrás una respuesta científica más acertada a todo esto.

— Información genética. —Dijo Alex apartando la mirada intentando descifrar aquel enigma.— La flama detecta la misma información genética,  por lo que nos convierte en una misma persona...pero Lexa ¿A dónde vamos? —Preguntó al notar que no habían dejado de caminar.

— Yo no iré a ningún lado. —Dijo Lexa deteniéndose.— pero tú, tienes que volver ahí y terminar lo que ambas empezamos. No puedes morir aún.

Lexa señaló una puerta y Alex supuso que debería cruzarla, por alguna razón. Comenzó a caminar hacia ella antes de volver a escuchar la voz de la comandante que la hizo detenerse en seco.

— Alex. — La castaña volteó para mirarla.— Por favor, cuida de Clarke. Ella es especial.

— Lo haré, no te preocupes. Ella es especial para mí también. —Dijo la chica antes de volver a andar hacia la puerta.

Respiró hondo antes de girar el picaporte de aquella extraña puerta y al abrirla destellos intensos de color blanco le nublaron la vista.

[...]

— Quédate conmigo Alex. — Dijo Abby haciéndole RPC, presionando repetidas veces su pecho con las manos llenas de sangre negra y dándole respiración de boca a boca.

— Por favor Alex, no te vayas. — Suplicó Clarke. — No puedes irte...

Alex reaccionó dando una gran bocanada de aire después de unos segundos, abriendo los ojos y comenzando a respirar agitadamente.

— ¡Alex! —Dijo Clarke entre sollozos, aferrándose fuerte a su mano.— Pensé que te había perdido.

— No moriré tan fácilmente. —Dijo Alex intentando bromear y dibujando una leve sonrisa en su rostro, después miró a Abby.— ¿Qué sucedió?

— Becca decidió enviarme después de que te comunicaste con ella anoche, temiendo que fuera a pasar algo como esto.— Dijo limpiándose las manos.— Roan te atacó, pero afortunadamente hemos podido hacerte una transfusión de sangre de manera inmediata y hemos suturado la herida ya que la daga no dañó nada importante.

— Gracias, Abby. —Dijo Alex alcanzando su mano para darle un buen apretón.— Has salvado mi vida.

— No lo he hecho sola. —Dijo Abby lanzando una mirada de complicidad a su hija.— les daré algo de privacidad.

— Gracias, Clarke. —Dijo Alex mirando a la rubia una vez Abby hubo salido de la habitación que una vez perteneció a Lexa.

— No podía presenciar esto otra vez. Aquí fue donde la perdí ¿Sabes?

— La he visto Clarke, he hablado con Lexa. —Se llevó el dedo índice a la frente.— Ella está aquí.

— Lo sé. —Dijo Clarke. — Y tu también estás aquí.

Se inclinó sobre ella y depositó un cálido beso sobre los labios de la castaña, volviendo a sentir aquella magia, adrenalina y electricidad recorriendo por todo su cuerpo y estando consciente que se trataba de Álex y de nadie más. La castaña no dudó ni un segundo en corresponderle, siguiendo sus suaves y delicados, pero profundos movimientos.

— No te atrevas a dejarme nunca. — Susurró Clarke sobre los labios de Álex.

— Te dije que no iría a ningún lado.

[...]

Alex logró recuperarse pasados unos días gracias a la ayuda de Clarke y Abby y ahora se encontraba sentada en el trono, frente a los embajadores de los trece clanes. Había una decisión importante que tomar.

— Roan quería demostrar que esta chica es más débil que nunca. —Dijo el embajador de la nación del hielo.— por lo tanto no puede darnos órdenes.

— Ella es la comandante. — Intervino Clarke.— Y está tratando de salvarlos a todos ustedes y a su gente.

— Roan fue un traidor. —Dijo finalmente Alex.— La pelea había terminado y me atacó por la espalda y eso se castiga con la muerte.

— Aquellos a favor de la muerte de Roan.— Dijo Indra, dando como resultado diez contra tres.

— Entonces está decidido. — Dijo Álex poniéndose de pie.— Roan morirá al atardecer.

— Lamentarán haber tomado esa decisión. —Dijo el embajador de la nación del hielo antes de marcharse.

[...]

Una tarima al centro daba lugar al evento de aquella tarde. La multitud entera coreaba el nombre de Roan, ansiando su muerte.

— Hoy, el rey de la nación del hielo morirá. —Dijo Alex apagando las voces del gentío.— Roan kom Azgueda ha reflejado un acto de traición y pagará por ello con su vida.

Los guardias obligaban a un encadenado Roan a caminar hasta el centro de la tarima. En un momento, se detuvo a la altura de Clarke.

— Creí que éramos aliados. —Dijo Roan dirigiéndose a la rubia.

— Lo éramos. — Respondió ésta. — Hasta que desconfiaste de mí y atacaste a Lexa.

— Ella no es Lexa, lo sabes mejor que nadie.—Dijo soltando una risa sarcástica antes de seguir caminando.

Roan se situó frente a Alex con la frente en alto, antes de ser atravesado con la espada de Lexa, cayendo de bruces al suelo...estaba muerto.

— A partir de este día, cualquiera que ose contradecirme o traicionarme, sufrirá el mismo destino que el rey de Azgueda. — Gritó Alex para que todos pudieran escucharla, la multitud comenzó a corear su nombre, haciéndola lucir más imponente que nunca.

Y es que tenía razón, Lexa estaba presente en cada acción y en cada decisión que Álex tomaba, pensó Clarke...incluso, la de robar su corazón.

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¡Y hemos llegado al final del maratón! ¿Qué les ha parecido?

Quiero agradecerles por estos siete días que han estado acompañándome, espero que hayan disfrutado de todos los capítulos tanto como yo lo hice escribiendolos ❤️

La historia no termina, les veré la próxima semana con el próximo capítulo 🤗 una vez más muchas gracias por todo el apoyo ❤️❤️

Sin más, ¡nos leemos pronto!

🐦 debnamscrew

Destiny (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora