CAPITULO 9

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Regla #8 Siempre cuídate las espaldas.

VIELKA

Teníamos tres días que habíamos regresado de nuestro viaje furtivo y ya estaba cansada de la universidad, lo único que quería era descansar mi pobre espalda, pero eso no iba a pasar pues al parecer todos mis profesores se habían puesto de acuerdo y me habían llenado de trabajos, el peor de todos había sido mi profesor Enriquez que me estaba pidiendo un avance de mi proyecto final, esto último era lo que me tenía realmente mal pues aún ni sabía de que se trataría mi documental, había estado más ocupada viendo la manera de ayudar a Dorek que me olvidé por completo de mi trabajo final.

—¿Porqué no hablas de los descuidos que se cometen en la playa?  —dice Nadia antes de darle una mordida a su hamburguesa.

—No me parece muy gracioso —digo en tono molesto no sin antes de dedicarle una bonita señal— es que Nico ni siquiera tuvo que pensar mucho —resoplo con fastidio— no es justo que tu papá sea chef.

Nico planea hacer su documental sobre la comida coreana, de verdad que eso era una gran injusticia, pues su familia tiene un famoso restaurante de comida coreana.

—Podrías hacerla acerca de los altos precios en las inmobiliarias, después de todo es a lo que se dedica tu papá.

Hago un tonto puchero —sabes que el trabajo de mi papá se me hace algo super aburrido.

De pronto siento algo viscoso pero a la vez refrescante en mi espalda, siento el tacto de unos dedos a los cuales deberían darle el premio Nobel por ser tan mágicamente deliciosos, giro un poco mi cabeza para ver al dueño de tan mágicas manos y me doy cuenta que se trata de Dorek, inmediatamente siento que mis mejillas se encienden por lo que me giro nuevamente y me encuentro a Nadia riéndose de mi reacción, en cuanto Dorek termina de untar lo que sea que haya puesto en mi espalda se sienta a mi lado y me entrega un frasco de algún tipo de medicamento para las quemaduras.

—Con eso se te va a recuperar más rápido tu espalda.

—Gracias —digo algo apenada.

Como si fuera poco el accidente que tuve en la playa en donde por poco dejo sin descendencia a Edric y además perdí la parte superior de mi traje de baño, el último día que estuvimos en la playa me había quedado dormida boca abajo por lo que no me di cuenta en que momento la sombrilla había dejado de hacerme sombra, por lo que ahora mi espalda esta de un tono rojo seriamente alarmante, por eso estos días había traído a la escuela blusas con la espalda descubierta ya que el roce de la tela me lastimaba mucho.

—Sabes que sigo algo molesta con tú hermano, ¿Verdad? —dice Nadia con molestia.

Dorek se ríe con esa voz ronca que hace cosas locas en mis pobres hormonas —siempre se molestan con él por sus revolcones pero nunca imagine que se molestarían con él por lo contrario.

—No es gracioso, yo realmente quería pasar un buen rato con él y tal vez así se daría cuenta que yo soy el amor de su vida —Nadia sonrie de manera coqueta y hace una cosa loca con las cejas.

—Olvídalo, él ya conoció al gran amor de su vida y solo ella podrá quitarle lo puto.

Nico se ríe y palmea la cabeza de Nadia —ya sácalo de tu cabecita —rápidamente esquiva el golpe que su hermana quizo propinarle y se pone de pie —me voy chicos, tengo que ir a corregir mi trabajo del documental.

Ante sus últimas palabras no puedo evitar volver a resoplar con fastidio.

Dorek le da un trago a su botella de agua y eso me distrae un poco, y es que el hombre se ve tan sexy con cosas tan pequeñas como tomar agua —déjame adivinar, tu aún no tienes tema —vuelve a darle otro trago y yo parezco una idiota al verlo tan fijamente— ya que tú me estas ayudando, yo puedo ayudarte con eso.

Corazón Vertiginoso (Saga #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora