Somos primas. (39)

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Lucía.

  Estamos en la puerta de casa de los gemelos.

    —Preparada?

    Trago saliva con dificultad y asiento.

    Se dispone a abrir la puerta y le sujeto el brazo.

    —Espera— me mira extrañado— cuán mal crees que le sentará?

    —No creo que demasiado.

    Abre la puerta y se escucha ruido en el living room de la segunda planta.

    Salto sobre él enrollando mis piernas en su cintura y con mis brazos le abrazo el cuello y me sujeta del trasero.

    Me besa deseoso y comienza a andar hacia el umbral de la entrada al salón y apoya mi espalda en la pared.

    Me baja poniéndome de pie, completamente pegada a él.

   —No aguanto más— exclamó cogiéndome de nuevo y comenzando a caminar hasta su habitación

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   —No aguanto más— exclamó cogiéndome de nuevo y comenzando a caminar hasta su habitación.

    Llegamos a su habitación y cerró la puerta con pestillo.

     —Ahora qué?— susurré— saltas tu o salto yo?

    —Tú, que pesas menos— respondió en mi mismo tono.

    Me subí a la cama y mientras saltaba imitaba gemidos.

    Dani soltaba algún que otro gemido y en su mayoría, suaves gruñidos.

    Tras cinco minutos aproximadamente, se escuchó un fuerte portazo en la habitación de al lado.

    —Voy yo— musité bajándome de la cama y saliendo de la habitación.

    Entro en la habitación que supongo que es de Jesús y lo encuentro sentado en la cama mirando hacia la ventana, de espaldas a la puerta.

    Me subo a la cama y me pongo detrás suyo, abrazándolo por la espalda y le soy un leve beso en el cuello.

    —No estabas con Dani?— preguntó con retintín.

    —Tonto— me siento detrás suyo y rodeo su cintura con mis piernas.

    —Ya enserio, vete con él— gira la cabeza para mirarme.

    —Te ha gustado la broma?— susurro comenzando a sonreír.

    Suelta una carcajada y se tumba hacia atrás quedando de espaldas encima mío.

    —Eres muy mala— me acusa riéndose.

    —Me estas aplastando un poco eh, gordito— me quejo.

    —Quieres que me levante?

    —La verdad es que sí.

    —Sólo si después me besas.

    —Me parece justo.

    Se levanta rápidamente y se pone de pie y antes de darme cuenta, ha tirado de mi hasta ponerme de pie frente a él.

    Pongo mis manos en su nuca atrayéndolo hacia mí, además de conseguir que se agache.

    Seguidamente, descansa sus manos en mi cintura y lo beso.

    No sé cuánto tiempo nos hemos estado besando, sólo se que el vecino tiene un flash potente a las tres de la tarde.

    —Me cago en el vecino— musita riéndose a pleno pulmón.

    —No te enfades, en realidad, es bueno que rulen fotos nuestras, así creerán que seguimos juntos— aporto consiguiendo una mueca de desagrado por su parte.

    —Osea, que no estamos juntos?

    —No, pero la prensa y demás, deben creer que sí, sino nos la liarían bien parda.

    —Y piensas tener algo con mi hermano?— pregunta clavando su mirada de lleno en mí.

    —Sólo somos amigos, sabes?— suelto molesta.

    —Bueno, ya está, déjalo estar.

    —Si eres tú el que no quiere dejar el tema— le acuso— mira, dile a Daniel que yo me voy con Celia, que te aguante él.

    —Celia?— pregunta confundido.

    —La conoces bien, Celia Callejas, tu ex novia, mi prima—aclaro.

    —Ay, mi madre— exclama serio— sois primas? Me vacilas?

    —Sí, es mi prima, únicamente, no nos reconocimos, eso es todo— hago una pausa— se ha disculpado por lo de putearme con Mar, ya sabes.

    —Ah, vale.

    Hice un gesto con la mano y salí  como alma que lleva el diablo.

    Bajé rápidamente las escaleras y abajo me encontré con Dani sonriendo.

    Se acercó a mí, apoyó sus manos en mi cintura y me besó.

Me llamo Lucía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora