Capítulo 48 - Un plan infalible

22.4K 1.6K 513
                                    

Mi cabeza reposaba en su pecho, permitiendo a mi nariz aspirar su aroma, un aroma que se había vuelto familiar con el paso del tiempo, suave y cálido, cómo un jardín en primavera.

Su simple presencia cambiaba mi actitud al completo, me hacía relajarme, disfrutar de los pequeños momentos. Mi adrenalina también se disparaba de alguna forma, desatando un extraño pero placentero cosquilleo en mi estómago, que más tarde se extendía por todo mi cuerpo, y aumentaba a niveles atmosféricos cada vez que lo miraba.

Así que eso hice, levanté la mirada lentamente y observé su mentón, su mandíbula perfectamente marcada, su bonita nariz y sus preciosos ojos azules, perdidos en algún lugar del techo, inmersos en su propio mundo.

Me quedé así por un rato, admirándolo mientras él no se percataba, repasando cada detalle y memorizándolo, agradando cada uno de ellos cuanto más lo miraba.

Su mirada entonces dejó de fijarse en el techo y bajó lentamente hasta encontrarse con la mía. Una sonrisa se colocó en sus labios.

- Una foto te duraría más. - Soltó con arrogancia.

Reí y coloqué mi mano en su pecho, trazando caminitos en él.

- Puedo simplemente mirarte, cada día, eternamente. No necesito una jodida foto.

- ¿Tu crees? Eternamente es demasiado tiempo, algún día te acabarás cansando.

- No, no lo creo. - Contesté.

- Nada dura para siempre, la vela se apaga, el café se enfría y el Sol se pone. - Pronunció lentamente.

- ¿Estás insinuando ...?

- Que algún día esto acabará. - Aparté mis ojos de los suyos. - Siempre se acaba. - Noté cierta melancolía en su voz.

- ¿Cuánto tiempo llevan Anna y Andrew juntos? - Pregunté.

- No tengo ni idea. - Mi pregunta lo pilló por sorpresa. - Unos dos siglos, quizás tres.

- ¿Sabes porque creo que siguen juntos? - Negó. - Porque no les importa lo que pueda pasar en el futuro, viven en el presente, y en el presente se aman. Eso es todo lo que importa. - Volví a levantar la mirada hacia él, justo a tiempo para observar una pequeña sonrisa.

- Lo que si que se seguro. - Dijo mientras me abrazaba. - Es que mientras la vela siga encendida, el café caliente y el Sol brille sobre nosotros, nadie ni nada va a poder separarnos, me encargaré de ello. - No pude evitar sonreír, y volví a apoyar mi cabeza en su pecho.

- Estamos tan cerca ... - Murmuré. - Sólo un sacrificio más, un último esfuerzo y Kylie estará muerta, seremos libres. - Expliqué. - Podremos hacer lo que queramos, podremos irnos lejos, vivir.

- Casarnos. - Finalizó.

Aparté el mi cabeza de su pecho y me senté en la cama, quedando enfrente de él.

- Quiero llevar un vestido rojo. - Dije emocionada mientras él reía.

- ¿Rojo? - Preguntó entre risas.

- Es el color de la valentía, del amor. - Expliqué.

- Rojo entonces. - Confirmó. - Serás la novia más guapa del mundo.

Le sonreí y dejé otro corto beso sobre sus labios.

Justo entonces, escuché el sonido de la puerta abrirse, y mis alarmas saltaron. Aún estando de espaldas a la puerta cogí toda la sábana que pude, tapándome por completo.

- Chicos es hora de .. - Sus palabras se vieron interrumpidas en cuanto se percató de la situación. Pegó un gritito de niña y se giró rápidamente, mirando hacia la puerta.

Aleación [SANGRE & ACERO #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora