(1) Barton; Peter Parker, The Avengers.

3.9

Capítulo dedicado a la persona que me ha acompañado en esta y en todas mis historias, y no sólo las escritas sobre un papel.
Shiiroo0424
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La noticia recorrió el mundo entero en cuestión de horas. Todo el mundo sabía quién era Peter Parker, que estaba muerto y que era un héroe.

En Nueva York su cara estaba plantada sobre cientos de pancartas, defendiendo el trabajo de los Vengadores. Había cientos de flores en el centro de la calle donde él perdió su vida, a las puertas de la torre y a las puertas de casa de tía May.

Las había en el instituto, en su taquilla había todo un altar. Su clases parecían las aulas prohibidas y había luto nacional.

Todos en el equipo se habían sentido sorprendidos ante tal reacción. Aquello dolía como mil cuchillos en el pecho y no podían negar que en parte ayudaba.

Sin embargo, con Bethany no pasaba lo mismo. Cerró sus hinchados ojos con fuerza. Era todo un logro que no estuviera llorando, gritando contra la almohada o tirándose del pelo arrastrándose por el suelo.

Odió que le gustara como le quedaba el vestido negro. Odió que hiciera sus piernas más delgadas, odió que marcara sus clavículas y que creara curvas en ella. Lo odió porque era para el funeral de Peter, y porque él no iba a poder verla para decirle que estaba preciosa, aunque fuera mentira.

Aún no asumía la idea. Había tenido tanto miedo, había estado tan alerta, que el golpe no había sido tan duro. Sin embargo, sólo quería meterse en la tumba con él. Aquello parecía la mejor opción.

La sola idea de saber que ya no podría sentir sus labios sobre los suyos, sus manos en su baja espalda o sus rugosos dedos colocando mechones de pelo tras su oreja hacia que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Entró en el baño y se desenredó el pelo con rabia. Se miró en el espejo, pero aquella vez no se odió a ella, si no al propio espejo sólo por existir. Por haber sido el culpable de todas y cada una de sus tormentas que la cegaban del amor que Peter sentía por ella.

Apretó el puente de su nariz y limpió rápidamente la lágrima que había derramado sin apenas darse cuenta. Se miró otra vez, dejando su vista sobre sus ojos, rojos y brillantes por las lágrimas.

Cerró la puerta del baño. Avanzó hasta su escritorio. Dobló el papel con las palabras que se había tirado toda la noche escribiendo entre sollozo y sollozo, y lo metió en un simple sobre blanco.

Sacó los zapatos de la caja y se subió a ellos. Agarró el sobre con fuerza y se acercó al montón de cojines, cogiendo a Groot con delicadeza y apretándolo contra su pecho.

Cerró la puerta detrás de ella y no cayó de milagro cuando vió la puerta de la habitación de Peter abierta. Supuso que Tony había entrado entre copa y copa la noche anterior. Le comprendía, todo le venía demasiado grande a pesar de ser el jodido Tony Stark.

Sólo esperaba que no apareciera de resacón en el funeral. Acercó su mano temblorosa al pomo y tiró de él, cerrándola y dejando su mano caer lentamente rozando las puntas de sus dedos con la suave madera.

- Yo soy Groot.

Sonrió, aunque se quedó en una mueca. Respiró hondo hasta bajar los escalones.
El salón parecía mucho más grande cuando estaba vacío.

Pulso el botón del ascensor y dejó su vista fija en sus negros zapatos mientras este bajaba. Parecía que andaba sobre un campo de minas, allí donde no debía pisar cualquier cosa que le recordara a él.

Las puertas se abrieron de nuevo. En el reluciente suelo del hall se reflejaban los flashes procedentes de las cámaras de toda la prensa que esperaba su salida.

Bethany no sabía si alegrarse o salir corriendo cuando vio que Sam la esperaba. Agradecía el apoyo, pero era como si cualquier contacto humano la dañara.

Suspiró con fuerza y avanzó con pasos lentos y pesados. Todo parecía costar más si él no estaba. Parecía que sólo había una vida con él, no había un antes, ni mucho menos un después.

Sam la miró. Había que admitir que la chica se veía horrible, pálida como la tiza y con los ojos hinchados. Parecía gripe, pero era algo mil veces peor.

Extendió su brazo y acaricio levemente el hombro de la joven. Ella ni siquiera le miró. Después de haber cargado con Steve perdiendo a Peggy sólo 7 meses atrás, sabía bien que no debía acercarse. Sólo estar ahí.

Se colocó levemente el traje y puso su mano en su espalda. Notó como la joven se estremecía ante el tacto.

- Te espero en el coche.-ella asintió.

Groot saltó hasta el hombro de el hombre, y Bethany pudo ver como se sumergía en el mar de flashes.

La furia se apoderaba de ella, quería convocar su energía y acabar con todos aquellos periodistas, pero sabía bien que no causaría una buena impresión.

Suspiró hondo e intentó calmarse. Avanzó paso a paso, haciendo que los pasos resonaran en la vacía sala. ¿Y si se quedaba alli? Parecía mejor opción antes que ver como aquello por lo que sería capaz de morir iba a ser enterrado.

No quería que su cara de muerta saliera en todos los periódicos el día siguiente. Si Peter siguiera con ella, la convencería de que eso daba igual, que era preciosa, que ellos no tenían derecho ninguno a opinar sobre ella. Claro que él no estaba. Y nunca volvería.

Apretó los puños y avanzó. Cruzó la puerta principal, tal vez demasiado rápido. Se mareó con la luz del sol, y sintió los primeros flashes sobre ella. Sin embargo, fueron pocos.

Frunció el ceño cuando todos los fotógrafos bajaron las cámaras, todos los periodistas sus micrófonos forrados en goma espuma y todos los protestantes sus pancartas.

El silencio reinó en la calle. Bethany podía oír su propia respiración, y el estruendo que las mariposas asesinas estaban empezando a causar en su estómago.

Dió un paso, despacio. Como si cualquier movimiento infalso pudiera activar el botón que haría todo normal de nuevo.

Poco a poco llegó a la puerta del coche, oyendo como los pequeños tacones resonaban en la acera. Miró a Sam confundida, apartando por un momento de su mente el dolor para encontrar la razón ante aquello.

El hombre extendió su brazo, indicándole que entrara. Ella agachó la cabeza y se metió en el coche. Abrochó su cinturón y apretó la negra tela del vestido ente sus finos y doloridos dedos.

- ¿Qué...?-murmuró.

El coche arrancó mientras él se ponía en el asiento continúo. Le oyó respirar hondo, y le miró a los ojos por primera vez.

- Te respetan, Bethany. Después de lo que ha pasado, tú les representas. Representas su dolor y sus pérdidas, y eso es tan importante para ellos como lo era para ti Peter.