Lis Scamander siempre ha sido una chica muy tierna y parecida a su madre. Jugaba con sus hermanos, creía en los nargles y no se metía en ningún problema.
Hasta que un día dejo de vestir su ropa de colores claros y la cambió por camisetas negras, pan...
Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts... Dios cuanto odio ese lugar.
Y antes de que digan que estoy loca o algo parecido, tengo mis motivos para odiarlo.
Número uno: Odio la escuela, se más que los profesores.
Número dos: Los idiotas, los monos, Sirius y los demás estudiantes hijos de fruta están ahí.
Número tres: Odio todo lo que tenga que ver con mi pasado, incluyendo Hogwarts.
Terminé de ponerme mis tacones y arreglé un poco mi cabello con mis manos. Las mechas azules cayeron en mi frente pero las pasé detrás de mi oreja.
Saqué mi IPhone de mi bolsillo, era de los del año pasado. El IPhone 12 de color gris. Llamé a Albus y el contestó de inmediato.
— Buenos días azulita
— No me llames azulita, azulito.
Sip, el se pintó también las puntas de azul, se ve demasiado lindo.
— Bien, no nos llamemos azulitos a ninguno de los dos.
— Por mi bien. ¿Estás listo para volver al infierno?
Estoy segurísima de que rodó los ojos.
— Estoy tan listo como tú.
O sea, nada.
— Mis padres ya se fueron, me apareceré en la estación. Nos vemos allá Albus.
— Nos vemos azulita — Dijo y colgó la llamada.
Tomé mis cosas y me desaparecí en la estación. Llevaba un short de mezclilla negro, una camisa en negro con el nombre de "The Queen Of Problem" en dorado y una sudadera de Pink en negro también.
Cuando llegué a la estación corrí al ver el cabello azul de Albus y me lancé a su espalda.
— ¡Azulito! — Grité abrazándolo.
— ¡Lis quítate mujer!
Rodé los ojos y me pegué más a él.
— Yo también te quiero Azulito.
Luego de bajarme de la espalda de Albus vimos que Lily venía a nosotros.
