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Bethany recargó al hombre sobre ella. No tenía ni idea de lo que hacer, pero tenía que salir de ahí. Pequeñas partes del techo empezaban a caer, y no quería que todo se les viniera encima.

Esquivó todos los escombros hasta llegar a la puerta. Oía al hombre hacer ruiditos, entre los gemidos de dolor por su pierna, su asombro por los poderes curativos y pequeñas risitas para animar el ambiente. Ese hombre estaba loco.

Cuando salieron a la calle la joven aún pudo distinguir a la gente corriendo, otros tirados en el suelo, cadáveres, a los Vengadores llevando gente de un sitio a otro.

La joven se extrañó. Tecna había desaparecido, ya no había peligro. Había que llevar a los heridos, no a los sanos.

- Espere porfavor.-le dijo al hombre.-Tenemos que parar un momento.

- Rapidito, eh...

Bethany pulso el botón del comunicador. Su hombro chillaba de dolor, cansado de soportar el peso del hombre.

- Beth.-dijo Clint desde el otro lado.

- Tecna se ha ido.-se limitó a decir.-Tenéis que ayudar a los heridos.

- ¿Cómo que se ha ido?-gritó Tony, acalorado dentro del traje.

- Se ha esfumado, como siempre.

- Avanza hasta las vallas, te estoy viendo.-dijo Natasha con voz firme.

La joven quitó la presión sobre el botón y siguió con su paso. Pudo ver la valla, tenía que cruzar toda la avenida principal. Su sangre se heló. Deseó con todas sus fuerzas que los curativos fueran mas rápidos, para que pudieran curar de una vez al hombre y que ella no tuviera que pasar por allí.

Decenas de cadáveres estaban tendidos en el suelo, blancos como la porcelana. Respiró hondo y cerró los ojos con fuerza. No quería verlo. Puso su mirada al frente y avanzó. El camino fué largo, pero llegó a la valla.

Intercambio unas rápidas palabras con Natasha, quien se llevó al hombre con muchísima más agilidad hacia el puesto de enfermeria.

El hombre no le dijo nada, la joven se extrañó. Por lo menos le había salvado. Bueno, ella no. Prácticamente, había sido Tecna quien lo había hecho.

Un grito desgarrador cortó el aire. La joven giró su cabeza rápidamente, y dirigió su mirada a la mujer que gritaba desconsolada con un niño entre sus brazos.

Se quedó paralizada. No era sólo un grito. Era una harmonía de sollozos, hombres llorando por sus hermanos, mujeres por sus hijos, niños por sus padres. No podía moverse. Estaba paralizada, estática.

Sintió una mano en su hombro.

- No podemos salvarlos a todos, Bethany.

No podemos salvarlos a todos. ¿En serio Steve Rogers había dicho eso? Se sentía mareada. Estaba pasando otra vez. No. No quería más visiones.

Sin embargo, sus ojos se volvieron negros y ella empezó a ver un mundo diferente. Aquello parecía ser la torre. Estaba en el salón, cerca de la cocina. La joven castaña de todas las visiones estaba reclinada sobre el sofá. Estaba pálida, un tanto más delgada, y estaba ausente de vida. Viva, pero no viviendo.

¿Qué le pasaba? Una tristeza profunda estaba inundando cada centímetro de su piel, y no entendía en el por qué. Las puertas del ascensor se abrieron, dejando paso a una Wanda Maximoff que parecía derrotada. Miró a la castaña y negó con la cabeza.

Bethany frunció el ceño cuando aquella castaña calló en el suelo entre sollozos. Corrió hacia ella, su dolor se podría presentir a kilómetros. Sin embargo, en un sólo parpadeo, estaba de vuelta en Times Square.

(1) Barton;  Peter Parker, The Avengers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora