Jamás olvidaré

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*El fic NO termina hoy. Siento haberlos aterrorizado en vano, pero el final se me alargó tanto que tuve que separarlo en dos. Por lo que este es el penúltimo, el veinte el final y el capítulo veintiuno el epílogo. Pueden contener el aliento una semana más. Lo lamento. Por ahora mueran de amor conmigo con mucho fluff rosado, feelings y extrañas revelaciones. 




----Aomine D.----

—No puedo creer que aún no planeen la boda Aominecchi.

—No hemos tenido tiempo, los gemelos aún son pequeños y nos tienen ocupados, pero estoy seguro que en un par de meses Taiga y yo nos estaremos casando sin problemas. ¿Vendrás con Yukio cierto? —Le pregunto a Kise que se encuentra sentado frente a mí, bebiéndose un café y rápidamente asintiendo emocionado.

—¡Claro que iré! ¡No me perdería la boda de mi mejor amigo por nada del mundo! —Grita en exceso eufórico y haciéndome rodar los ojos. —Ha pasado tanto en estos últimos meses, ¿Qué me dices? ¿Estás feliz con tu nueva vida? —Me pregunta con una sonrisa amable.

—Tengo salud, me gusta mi trabajo, mi novio me ama y mis hijos crecen con bien. Sinceramente no le puedo pedir nada más a la vida. Jamás creí ser tan feliz como lo soy junto a Kagami. —Kise suspira enamorado de mi respuesta porque a pesar de todo siempre será un niñato sentimental por dentro.

—Aominecchi, ¿Cómo supiste que Kagamicchi era el indicado? ¿No te dio miedo que te rechazara? Ya sabes, por lo joven que es y todo.

—¿Me creerías si te dijera que el miedo nunca pasó por mi cabeza? Desde la primera vez que lo vi lo supe Kise. Supe que él cambiaría mi vida para siempre, no sabía de qué manera, pero no quise esperar a averiguarlo y fui tras él tan rápido como pude. Hay oportunidades que llegan no una vez en la vida, sino en una eternidad. Para mí Kagami es esa eternidad.

—¡Oh, suena como una locura tan emocionante!

—Así es, a veces ocurre que lo que empieza como una locura, se convierte en lo mejor de tu vida.

—¡Aominecchi es tan romántico! ¡Me harás llorar de la emoción! —Por supuesto que Kise chilla de la alegría, sacándome un gruñido y que ponga los ojos en blanco.

—Desde que te volviste a casar con Yukio estás insoportable Kise.

—¡Moo, ya no soy Kise! Soy Ryota o en todo caso Kasamatsu. Esta vez sí me cambié el apellido. Así que llámame así.

—Lo que sea 'Kise', si ya terminaste de parlotear sobre los misterios de la vida tengo que irme a casa a recoger a Taiga, irá conmigo a una cena importante.

—¿Algo de negocios? ¡Ah! ¡No me digas! ¡Aún no le cuentas a Kagamicchi que en realidad eres un súper agente secreto y hoy irán de infiltrados!

—Mierda Kise, tantos videojuegos ya te jodieron la cabeza. Y no, solo cenaremos con un conocido.

—¡Aburrido! Y bien, ¿Quieres que cuide a los bebécchis por ustedes? ¡Recuerda que es mi turno, la última vez le tocó a Kurokocchi y ahora me toca a mí!

—Pues será en otra ocasión, que esta vez los llevaremos con nosotros. —Kise refunfuña por mi respuesta, pero finalmente lo acepta.

Y ahora sí, un buen estrechón de manos, seguido de un abrazo del que no me libro y por fin salgo de la cafetería rumbo a mi hogar. Carajo, aún no me creo que Kise y yo ya nos hablemos bien y nos consideremos 'amigos'. Será que ir lentamente nos ha dejado volver a confiar el uno en el otro.

Tigre de Bengala (AoKaga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora