Dos

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BEN


Consulto la hora en mi reloj en cuanto pongo un pie dentro de la empresa, voy 15 minutos tarde a la reunión que tenía previsto con los nuevos socios.

Ahora yo era el director de la empresa debido a la enfermedad que había atacado a mí padre, el cáncer. Sin embargo, pese a los varios meses que ya llevaba en el puesto no lograba acostumbrarme del todo. No quería dejar a un lado a Caroline, pero en ocasiones terminaba a altas horas de la noche y cuando llegaba a casa ella ya estaba dormida. Últimamente ella necesitaba apoyo, necesitaba que estuviese con ella y yo no podía debido a toda la carga de trabajo que tenía.

La situación que estábamos pasando nos consumía a ambos, el hecho de tener dificultades para poder tener un hijo parecía que nos estaba afectando más de lo esperado. Sobre todo a Caroline, yo intentaba por todos los medios estar con ella y brindarle apoyo pero en ocasiones parecía no ser suficiente.

—Lamento el retraso — Me disculpo cuando ingreso a la sala de juntas, los hombres que se encuentran sentados alrededor de la mesa me dedican una mirada amistosa mientras asienten.

—No importa, nosotros nos retrasamos algunos minutos y no llevamos mucho esperando — me dice uno de ellos y asiento.

Tomo asiento en la silla quedando frente a todos los socios y Abby mi secretaria enciende el proyector para iniciar la presentación.

Después de casi tres horas dentro de aquella sala, por fin había terminado. Gracias al cielo a los socios les había interesado el proyecto y contábamos con su aprobación y apoyo para poder ponerlo en marcha.

—Ben estuviste excelente allí dentro — dice Abby una vez que nos encontramos en mi oficina.

—Gracias — le respondo con una sonrisa — Ahora que recuerdo ¿Investigaste sobre lo que te dije? — ella asiente frenéticamente y busca entre las carpetas que tiene entre sus manos.

—Encontré unas clínicas que estas certificadas y con muchas recomendaciones — me dice y me entrega un par de folletos y unas cuantas hojas.

—Muchas gracias Abby — le respondo tomando todo lo que me extiende, ella me dedica una última sonrisa y sale.

Abby sin duda era una chica en la que podía confiar, sabía que no habría otra persona que pudiera ser tan discreta como ella.

Desde aquel día que había visto a Caroline con aquel folleto, decidí investigar por mi cuenta para poder considerar las opciones que teníamos y visitar a un especialista en caso de ser necesario. Aunque en el fondo esperaba no necesitar llegar a tanto.

Suelto un suspiro y me recargo en el respaldo de la silla en la que me encuentro. Cojo el primer folleto, lo abro y comienzo a leer la introducción que muestra la primera pestaña.

Comprender las causas de la infertilidad es el primer paso para obtener el tratamiento adecuado. Entenderlas los ayudará a tomar buenas decisiones.

Niego con la cabeza y levanto la vista, me negaba a creer que Caroline era infértil o si quiera que yo pusiese serlo, mantenía la esperanza de que solamente no habíamos tenido suerte. Después de algunos momentos en los que logro acallar a mi mente retomo la lectura de aquel folleto.

Una de cada seis parejas tiene problemas de infertilidad y, durante la lucha por lograr el embarazo, es normal experimentar sentimientos como frustración, ira, depresión, ansiedad o incluso problemas de pareja.

Lo que más deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora