Capítulo 41

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Todo se había estropeado, y decidí hacer lo que mejor creí. Corrí hasta perder esa casa de vista y después tan solo caminé. Tenía la imagen de Harry y Lottie atormentando mi mente. No podía borrarla, era imposible. ¿Por qué a mí? Había dado todo. Desde el primer instante en que lo había visto, me atrajo su misterio y su soledad. Siendo una ignorante a todo el mundo, dejando a la sociedad a un lado y sus advertencias de que no acercara a él, que me traería problemas. Pues sí me los trajo, a pares. ¿Por qué no hice caso a nadie? Por culpa de ese chico estuve a punto de ser agredida y abusada por Tom y tres chicos más, y no solo una vez, si no tres o cuatro. Estuve también presente en un asesinato, a punto de que un chico me matara si él no hubiera llegado. Por su culpa, había peleado mucho con mis padres, y más a delante tan solo con mi madre. Había escapado de casa, dejando todo a la suerte. Y sufrido mucho a lo largo de este largo verano. Desde el principio tuve la opción de haber evitado todo eso, pero debió ser que las ganas de algo nuevo que me invadió. De algo que no fuera amigos comprados, ni las mismas reglas de mis padres.  Ganas de salir de la rutina. Ganas de sentir cosas de verdad. Porque aunque todo eso malo pasara, había sentido por primera vez lo que era amar alguien. Pero ese alguien, no era diferente. Era tan estúpido como todos los chicos.

Cuando me cansé eran como las siete de la mañana. Estaba agotada, así que me senté el mismo prado que el día anterior había dormido, en medio de la hierba empleé el bolso como cojín y me dormí con aún lágrimas en mi cara.

                                                                         

☼ ☀ ☼ 

Me molestaba mucho la presencia del sol, e inevitablemente me desperté. Estaba en el mismo sitio donde había dormido, entre hierba. Tenía la esperanza de que todo hubiera sido una terrible pesadilla; pero no. 

Cogí un caramelo y decidí seguir andando. Iría hasta mi casa. Debía volver y afrontar los hechos. Había sido estúpida al huir de casa por eso. Así que caminé y caminé por donde creí que había venido, lo cual fue complicado porque todo era campo, camino y carretera. Ahí no me podía perder pero luego el camino se bifurcaba, y escogí el que creí más conveniente, pero no lo era. Aún así llegué a casa, pero con ese camino conseguí dar más rodeo. 

Cuando llegué, con miedo piqué a la puerta. Una señora, desconocida, me abrió. Yo fruncí el ceño.

-¿Quién eres tú? -pregunté.

-Me llamo Nicole. Soy la asistenta de la casa. ¿Y usted, señorita?

-¿Cómo que la asistenta? ¿Y Nana? ¡Mamá! -grité entrando.

-¡Señorita! -gritó Nicole, pero yo subí corriendo al piso de arriba, suponiendo que mi madre estaría en su despacho. Abrí bruscamente la puerta.

-¡Mamá! ¿Dónde está Nana? -pregunté exaltada. Ella me miró.

-¿Qué formas de entrar son esas? ¿Y dónde has estado? Me has asustado mucho.

-Mamá, lo siento. Pero, ¿dónde está Nana?

-Hija, te dije que si estabas con Harry la despediría, y eso hice. -No dije nada, no sabía que decir. ¿Cómo podía ser mi madre tan despiadada? ¿Y ahora Nana qué? -¿Creías que lo decía de mentira?

-Pe-p-pero ¿ahora dónde está? -Tartamudeé preocupada.

-No te preocupes por ella, está trabajando en una de las casas del Oeste del lago.  -Me sentí aliviada; puede que no la viera todos los días pero con saber que estaba bien me conformaba. -Ahora vete a tu cuarto. Después hablaremos de tu castigo, que ahora tengo trabajo acumulado. 

Salí de allí hacia mi cuarto como dijo. Cogí el móvil, y me di cuenta de que no tenía batería. Lo enchufé, y en cuanto se encendió me llegaron siete llamadas perdidas y dos mensajes de Louis. Miré  los mensajes.

''Hoy me pasé por tu casa y no estabas, me contó tu madre lo sucedido. ¿Cómo se te ocurre? Estoy muy preocupado por ti. Espero verte pronto.'' Louis.

''Por favor responde, no contestas a las llamadas ni a los mensajes. Me preocupo, ¿te ha ocurrido algo?'' Louis.

No tenía ganas de hablar con nadie y no lo llamé. Pero al cabo de unos minutos la conciencia me remordía y decidí hacerlo. Cogí el teléfono, busqué su número en la agenda y lo marqué. No tardó mucho en contestar.

-¡______! No sabes lo que me alegra recibir una llamada tuya. ¿Qué tal estás? -dijo rápidamente.

-Bien Lou, gracias por preocuparte. - Sonreí, y aun que no le viera, juraría que él también lo hizo.

-Me encanta volver a oírte. A ver cuando te puedo ver.

-No lo sé, pero seguro que mi madre me castiga de por vida. -Me tumbé en la cama mientras hablaba.

-Ya me pasaré algún día por tu casa, no pasa nada. ¿Y cómo es que te fuiste con Harry?

-Mi madre no me dejaba estar con él, y no se... Hice una tontería.

-Es verdad, ¿y él dónde está? 

-Ya te explicaré cuando te vea, ahora no me apetece recordarlo...

-No pasa nada, bueno marcho. Nos vemos pequeña.

-Hasta luego...

Continuará...

Good Girl «h.s.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora