Capitulo 1

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Mi sueño era ser escritora, lo que más ansiaba en este mundo era poder vender mis libros y obtener millones de buenas críticas sobre ellos; pero bueno, ya me estoy adelantando. Mi nombre es Akirah Morgan, hija de los adinerados empresarios Caroline y Andrew Morgan, nací en Gracetown un bochornoso día de Julio; desde pequeña había tenido aficiones, metas, propósitos en la vida, había estudiado ballet, judo, skateboard entre otros pero lo que más me había apasionado era el escribir. Desde pequeña creaba mini relatos, historias y cuentos, ridículos pero algo era. Lamentablemente, con mis diecinueve años de edad, me había dado cuenta de que no se me daba bien el escribir. 

Eso no era lo mío, y extrañamente, me apasionaba. Muchas veces había pasado horas llorando preguntándole a Dios  porque no me había dado ese don, mi madre se daba cuenta y trataba de consolarme pero ni eso me ayudaba. Entonces mi padre, decidido por ayudarme, contrató a tres personas que serían los que redactaran las historias mientras yo me quedaría con todo el crédito, y ni evidencia de que ellos habían escrito en verdad la historia.

La idea fue todo un éxito y cinco años más tarde me había convertido en una de las escritoras con más fama y aclamación de mi época, era tanta la atención que las editoriales morían y peleaban por ser la privilegiada en publicar mi siguiente libro que a las pocas horas obtenía un gran numero de ventas. Era una sensación maravillosa, por fin estaba cumpliendo mi sueño, y aunque había metido algunos cachivaches, lo que más deseaba en este mundo se había hecho realidad y eso era lo que importaba.



James

 Cuando mi madre me dijo que tenía talento para escribir le creí, y cuando Andrew Morgan me contrató para escribir historias le creí aún más. Había recibido una llamada a mi casa de las empresas Morgan, informándome que Andrew quería verme, fue extraño porque ¿Quién se iba a imaginar que un empresario como Andrew me llamara, y con qué fin? Me presenté un viernes por la mañana a su oficina, allí él me explicó todo ese rollo que se traía: Su hija quería ser escritora pero no tenía el don de escribir, necesitaba que yo fuera uno de sus redactadores de  historias y ella se llevaría todos los créditos, a cambio a mí me darían un buen billete.

Sin dudarlo acepté, porque Gracetown era un pueblo pequeño, bajo en oportunidades de superación; además mi madre estaba enferma y necesitaba medicamentos y todas esas cosas. En un inicio todo iba de maravilla, me llevaba bien con los otros dos escritores y con Akirah, la hija de Andrew, pero como dicen no todo en esta vida es color de rosa; Akirah comenzó a tener preferencias con William Ortega, uno de los escritores, le daba pagos extras, le daba más días de descanso e incluso le había pagado unas vacaciones a Bora Bora, cosa que no hacía conmigo, que era mejor escritor que él. Creía que tenían una aventura, porque William, a sus treinta años de edad, seguía siendo guapo y Akirah era una chica linda ¿Quién se le iba a negar? De cualquier modo no sabía si la cosa era así. 

Y como cualquier ser humano, comencé a sentir rencor y celos; no era justo que él recibiera tantos beneficios y que yo me matara como un burro escribiendo a cambio de una mísera paga nada comparable con la de William. Fruto de mis macabros pensamientos se me había ocurrido una nueva idea, una historia de homicidios con el nombre "La matanza de Amytiville" era una idea macabra, con asesinatos muy siniestros que cualquiera daría un respingo al leerlos. Akirah apoyó la historia, y meses después el libro fue publicado dando grandes éxitos y llegando a ser bestseller en cinco países; pero como siempre ¿Pueden adivinar quien recibió los méritos? Pues sí, fue William, y solo porque él había aportado un 1% en la redacción de la historia.

Desde ese momento la pesadilla se hizo realidad.


El asesino de GracetownWhere stories live. Discover now