Capitulo 30: 2/2

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Jane

Luego de unos minutos regreso la misma mujer con dos cappuccino y dos croasant.

–Aquí está su orden– dijo la mujer con un sonrisa.

–Gracias Kate– dijo Derek. La mujer asintió y me volteo a ver ante de irse.

La mire como se iba y luego mire a Derek que me miraba con el ceño fruncido. Encogí de hombros restándole importancia al comportamiento tan extraño que todo el mundo tiene ahora conmigo y tomo mi cappuccino.

Me quedo helado al ver la forma que le han puesto. Es la misma forma del anillo que Derek quiso darme esa noche. El corazón me deja de palpitar y no me doy cuenta cuando abro los ojos ligeramente. Derek parece notarlo y frunce el ceño cuando estaba tomando un sorbo de su cappuccino.

–¿Que pasó?– preguntó viendo mi expresión tonta.

Lo miro desconcierta y solo recuerdo todo, cada palabra que me dijo en ese momento y que me dejo ver quién era. Yo no tuve el valor de mostrarle el rostro, y de seguro no sabe quién era. Ese mismo brillo que vi esa noche, ese mismo brillo se reflejaba en sus ojos, haciéndome revivir ese momento.

–Eh... es que no sabía que hicieran esta forma– conteste tratando de mostrar asombro al líquido.

–Ah, si. Siempre vengo aquí así que ese signo ya es costumbre– dice restándole importancia. Noto que aún sigue mirándome, así de esa manera tan extraña.

–Y, ¿Que significa?– preguntó. Puede ser que el no sepa quién era la chica del vestido rojo de esa noche. Pero yo sí me recuerdo claramente de el. Tal vez podria ultilizar eso para averiguar acerca de ese anillo.

–Era el signo favorito de mi madre– responde con ligero tono de tristeza. Maldigo en mi mente por hacer eso, no me esperaba es respuesta– Es la nota de Fa y la de Sol, es una manera de mostrar que no importando la nota o la apariencia, que el amor siempre buscara la forma de unirlas–

Relata como si fuera una historia de amor. No hace más que darme un escalofrío por todo el cuerpo. Esta vez siento ganas de llorar, no lo sé. Me siento emocionada, triste y enojada. ¿Cómo iba a darme ese anillo sin ni siquiera conocerme? ¿Acaso para el era algo muy especial?

El silencio inunda nuestra atmósfera y nuestras miradas son las únicas fijas. Mi mente estaba perdida. Yo estaba perdida. Aclaró mi garganta y despegamos la mirada bruscamente, como si lo que hubiéramos hecho estuvo mal.

–Entonces, ¿Fuiste a la fiesta?

Esa pregunta vaga por mi mente, pensando si estaría bien decirle que si fui, o mejor decirle que no. No sé por dónde sería mejor, ya que si le digo que si fui y estuve ahí le daría la pista de que yo era la chica que lo dejo plantado. Pero si le digo que no..., no habrá nada, supongo.

–Eh, no– respondí y tome un sorbo de mi café. El me mira incrédulo y ladea la cabeza.

–¿Enserio? ¿Dónde estabas?– frunció el ceño y ya me sentía atascada en mi mentira. Esto es lo que me pasa por andar por el camino fácil.

–Eh, en mi habitación– contestó como si fuera lo más obvio.

–Nadie estaba en las habitaciones a esa hora, fue orden del director– dijo como si lo recordará y volvió a verme con esa mirada de "Te tengo".

–Es que estuve en la habitación un momento, pero cuando me dijeron que bajara me escape a la biblioteca– volví a mentir. Pero creo que de esa me salve. La verdad no he vuelto a esa biblioteca. ¡Rayos! He dejado mi hábito de leer, empolvado por el estrés de las presentaciones. Creo que cuando regrese lo primero que haré es escaparme de verdad he irme a ese lugar.

Un Amor Musical /EDITANDO/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora