Capítulo 20: Puedes llamarme suegra

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Jesús ¿qué había sido eso?

Realmente no sabía lo que era tener un padre, pero aquello se sintió como algo que un padre haría.

Brad volteó a mirarme con una sonrisa de confusión en su rostro.

-Qué...simpático-dijo con un tono de duda que noté, y sin soltar mi mano comenzo a caminar por la acera.

-Sé que parece un poco serio, pero es genial-lo defendí y ni siquiera yo se por qué lo hice.

Él rió

-No te preocupes preciosa, sé como pueden ser los padres a veces-sonrió de lado

-Si-asentí

-Joder, el cabrón tiene unos abdominales realmente increíbles-se quejó frunciendo el ceño.

Solté una risa nerviosa y apreté su mano, sintiéndome repentinamente intimidada al hablar del Señor Bieber.

-Los tuyos son mejores-mentí

Si bien Brad tenía un cuerpo muy ejercitado y bastante musculoso para un chico de 18 años y no podía negar que era atractivo, Justin era...distinto, cada poro en él expulsaba masculinidad sin necesidad de un abdomen marcado y eso...me volvía jodidamente loca.

Pero Brad era un adolescente, era distinto, su presencia era distinta, Justin parecía hacer que el mundo se detuviera a su alrededor al aparecer en una habitación. De todos modos, Brad no dejaba de ser hombre y los hombres suelen olvidarse del mundo cuando alimentas su ego.

-Oh nena-sonrió mirandome por el rabillo del ojo-ojalá lo fueran-dijo elevando sus cejas.

-Ey-dije frunciendo el ceño al recordar-¿desde cuando soy tu novia?

Él soltó una risa y nego con la cabeza, sus ojos azules brillando bajo la luz del sol de la tarde.

-Creeme que me gustaria que lo fueras...pero fue solo porque vi tus nervios al no saber que decir. Además, novia, es mas facil que decir "eramos amigos pero ya no lo somos, ahora somos conocidos que se besan cuando se ven"-dijo poniendo una voz graciosa

Reí apretando su brazo y mordí mi labio

-Así que vamos a la playa...-murmuré cambiando de tema, pues me ponía incomoda tratar el tema de que éramos o que no.

-Si-asintió mirando al frente, pero no dijo nada más.

La tarde con Brad fue bastante increíble, efectivamente fuimos a la playa, nos sentamos bajo una gran palmera donde daba la sombra y vimos el atardecer mientras él se acercaba cada algunos minutos a besarme y nos tomabamos fotos con su teléfono.

Agradecí internamente que aunque no tuviera bien en claro que estaba sucediendo entre nosotros, o cuales eran mis intenciones con él, pudiéramos hablar de tantas cosas y reír como dos niños, como siempre sucedía en su compañía.

-Me...gustó mucho esta tarde contigo-sonrió, soltando mi mano luego de llegar al umbral de mi nueva casa temporal.

-También a mi-murmuré con una sonrisa nerviosa

Ambos nos quedamos en silencio, cada uno mirando al otro, pero no era un silencio incómodo.

-¿Puedo besarte?-susurró

Sonreí ampliamente.

-No tienes que preguntarlo-reí, abalanzandome a su boca

No sé cuantos minutos estuvimos hundidos en ese beso lento, y necesitado a la vez, tal vez unos cuantos, porque antes de que siquiera pensaramos en separarnos, el ruido de la puerta principal de la casa de Amber, abriéndose, nos separó de golpe.

Joder

Justin estaba sosteniendo la puerta con su mano y a su lado, mi madre, que se detuvo en seco al vernos, ambos con los ojos bien abiertos. La mirada de mi madre era una de diversión.

-Oh-murmuró mamá sin poder contener una sonrisa-lo lamento, yo...nosotros, no queríamos interrumpir-

Pude ver la sonrisa timida de Brad, y al mismo tiempo, sentir mis mejillas poniendose rojas, mi cuerpo entero ardiendo.

-No mamá, ustedes no...interrumpen nada-solté nerviosa, apartando mis brazos con cuidado del cuerpo de Brad

-No, seguro que no-rodó los ojos con una sonrisa, y luego extendió su mano al frente-un gusto, soy Clarise la madre de Emma, pero puedes llamarme suegra si así gustas

¿QUÉ?

Si antes estaba ruborizada ahora mis mejillas estaban ardiendo más que el infierno mismo.

Que vergüenza.

Mierda, definitivamente cuando mi mejor compañia, el Dios de la santa mala suerte me daba un respiro, aparecia mi madre para cagarla.

Brad soltó una risa y estrechó su mano, aún frente a la escena tan particular que tenía enfrente, mi mirada voló hacia el Señor Bieber, intrigada por ver su reacción ante aquella escenita, pero él, sin decir nada, ni con sus palabras, ni con su expresión, se dio media vuelta y volvió dentro de la casa.

Joder, todo lo que estaba sucediendo ese día era malditamente extraño.

-Un gusto Clarise-dijo Brad, haciendo que volviera mi atención a ellos.

Mi madre enarcó una ceja amenazante y entonces Brad se aclaró la garganta y se corrigió

-Lo lamento...suegra-dijo evitando ocultar su sonrisa porque sabía que el nuevo sobrenombre no me gustaría a mi, pero notablemente falló, él estaba tan feliz como ella, y esa expresion por parte de mi madre, quería decir que no debía decirle suegra solo si "así lo deseaba" así debía decirle y eso era todo.

La suegra siempre manda

Mierda, lo estoy haciendo yo también.

-Bueno...viendo que eres el nuevo novio de mi hija, debo invitarte a cenar

Doble ¿QUÉ?

Ella ni siquiera me estaba preguntando si quería invitarlo, o incluso si él en verdad era mi novio.

Lo que por supuesto no era.

-Hmm mamá, tal vez debamos esperar a volver a casa, quiero decir, esta es la casa de Martah y no se si ella se sentiría muy a gusto con esto.

-Oh Emma, conozco a Martah hace diez años-dijo moviendo su mano al aire como si le restara importancia-ella no tendra problema...además es una cena como cualquiera, solo que tu novio estara aquí-sonrió y Brad también lo hizo, ambos mirandome y sonriendo, la unica que no disfrutaba de la situacion alli, era yo.

-¿Que dices Brad?-sonrió mamá sin esperar a que yo respondiera.

Él paso una mano por su cabello con una expresion de duda.

Él sabia que yo no quería eso y no sabía que responder, y le agradecía internamente que respetar mis deseos.

-Y no acepto un no como respuesta

Bueno, por intentar respetar mis deseos.

-Hm, entonces supongo que aquí estaré-forzó una sonrisa y me miró apenado

-Entonces todo dicho-chilló mamá juntando sus manos con emoción-mañana en la noche cenaremos todos juntos.

Mierda

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora