Capitulo 1 [EDITADO]

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Despierto sobresaltada por los gritos de Miguel, mi hermano mayor

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Despierto sobresaltada por los gritos de Miguel, mi hermano mayor. Hoy es el inicio de mi último año escolar, y aunque estoy emocionada, la comodidad de mi cama me parece demasiado tentadora para dejarla. Sin embargo, los persistentes golpes en la puerta y la voz de Miguel me obligan levantarme.

Abro la puerta y lo encuentro parado, con una mezcla de impaciencia y entusiasmo en su rostro.

—Por favor, Miguel, deja de ser tan insoportable.- le digo, apoyándome en el marco de la puerta mientras intento despertar del todo.

–Oh, vamos, nena, tienes que llegar temprano, es el primer día de clases.-eso ya lo sé, no tiene que recordármelo.- ah y por cierto, mamá y papá ya se fueron, dijeron que te despidiera de ellos y te diera un beso.- besa mis dos mejillas y se da la vuelta empezando a caminar- te espero abajo, tu desayuno está listo.

Cierro la puerta con un leve estrellón y ni siquiera le respondo.

Me desvisto, tomo una toalla y voy a la ducha. Después de asearme, lavar mis dientes y vestirme, tomo mi bolsa y mis lentes para bajar a desayunar.

Después de un rápido desayuno preparado por Miguel, nos dirigimos hacia el instituto en su auto. Al entrar emprendo el camino hacia los casilleros para guardar algunos útiles. Mía, mi mejor amiga desde la infancia corre hacia mí abrazándome efusivamente.

–Mi querida Roberta.-me saluda, casi dejándome sin aire por el fuerte abrazo. - tanto tiempo sin verte. Ya me hacías muchísima falta.

–Sí, tú igual, pero me estás ahogando.- la empujo un poco para poder volver a respirar.

–Tienes que contarme como fueron tus vacaciones- me da una mirada pícara y levanta una ceja. - ¿Algún amorío o romance?

–Sinceramente no. No tengo tiempo para buscar chicos, todo el mes me la pase haciendo papeleos para la universidad.- comienzo a caminar hacia el salón de clases, nos toca matemáticas y gracias a Dios todas las clases las tengo con Mía.

Mía deja de hablar sobre el tema y todo el camino hacia el salón de clases se mantiene en silencio. Ella sabe que no me gusta hablar del tema después de lo que me pasó.

Momentos después, entra la profesora y empieza a impartir la clase.

Durante la clase de matemáticas, me adentro en las ecuaciones, tratando de dejar atrás cualquier pensamiento distractor.

Al llegar el receso, mientras Mía y yo caminamos hacia la cafetería, me encuentro con Karen Pastrana, la abeja del colegio.

Y claro, la persona más molesta de todo el universo.

–¿Puedes fijarte por dónde caminas?-le digo irritada. Ha chocado su hombro contra el mío adrede haciendo que mi bolso caiga al suelo.

–Disculpa, cosa.- escupe y me mira de arriba a abajo.-tú no tienes derecho a dirigirme ni siquiera una sola palabra.-Doy un paso adelante pero Mía me detiene y la miro, Karen voltea y sigue su camino.

Me agacho para recoger mi bolso pero al mismo tiempo se agacha alguien más, levanto la vista y me encuentro con unos ojos marrones hermosos.

Sus ojos marrones me miran con amabilidad mientras me devuelve el bolso, y por un momento me quedo sin palabras, admirando su apariencia.

–Aquí tienes.- dice después de levantarse. Yo también me levanto.

–Gracias.-me toma un momento responderle, debido a que me quedo embobada estudiando sus rasgos.

Es un chico realmente apuesto, cada rasgo, cada facción de su rostro es espléndida y por encima de la ropa se le nota que tiene un cuerpo muy bien trabajado. Él me mira por última vez y sigue su camino. Yo como boba lo sigo con la mirada.

–Está guapísimo el desgraciado, ¿cierto?- Mía me da un manotazo el hombro y se ríe de mí.

–¡¿Qué?! ¡no! ¡claro que no!- digo poniendo un mechón de cabello detrás de mi oreja con un inmenso nerviosismo.- si quieres puedes quedártelo. Yo no lo quiero.

–Oh, vamos, ¿No viste como te miraba? Es claro que le gustaste.

Puse los ojos en blanco y comencé a andar.

Al llegar a casa, inmediatamente subo a mi habitación y enciendo la computadora para ver si hay alguna respuesta de las universidades a las que envié mis notas.

Aún nada.

Bajo a cenar y al entrar al comedor, encuentro a mis padres y a mi hermano Miguel sentados alrededor de la mesa, compartiendo anécdotas del día.

–Roberta, mi niña linda, ¿cómo te fue en tu primer día de clases? - pregunta mi padre, levantando la vista de su plato.

–Bien, papá. Fue un día tranquilo.- respondo mientras me siento a la mesa.

–Flaca, ¿a qué no adivinas a quién me he topado?-mi hermano mayor, se une a la conversación.- a Javier- quedo totalmente petrificada, no puedo creer que se acerque a mí familia.

–Amor, no entiendo porque lo dejaste, él era un buen tipo.-menciona mi madre- hacían buena pareja.

–¡Basta!- dije golpeando la mesa con el cubierto molesta.- ¡él y yo jamás debimos tener una relación! ¡Él arruinó mi vida!- me levanto y corro hacia mi habitación.

Me tumbo en la cama y dejo que todo el dolor que ha regresado salga mientras imágenes vuelven a mi mente de ese perturbador momento.

Me tumbo en la cama y dejo que todo el dolor que ha regresado salga mientras imágenes vuelven a mi mente de ese perturbador momento

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𝐌𝐢 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora