Capítulo 24

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Sentí como una bomba cargada de emociones hizo explosión en mi interior, llenando cada uno de los espacios.

―Julian ―Dije mientras acerca mis labios a los suyos.

―Por favor, déjame demostrarte todo mi amor ―Imploro mientras sus labios recorrían mi cuello ―Solo quiero amarte ¿Me permites demostrártelo?

Yo puse los brazos alrededor de su cuello y sentí como mis pies se despegaban del suelo. Fui buscando sus labios y una vez que los encontré comencé a besarlo, y era tanta mi ansiedad que no pare, simplemente me sumergí en aquel beso, devorando sus labios como si no hubiese un mañana.

―¿Debo tomar eso como un sí? ―Su voz sonaba entrecortada.

Supuse que la mía sonaría peor así que solo asentí lentamente.

―Oh Ori ―Lo dijo con una voz demasiado suave, soñadora.

Julian me sostuvo fuertemente por la espalda y beso mis labios. Pronto su beso comenzó a exigir más. Pero yo era toda una novata y por lo tanto me puse tensa, así que me separe ligeramente de él y lo mire.

―Abre tu boca, amor ―Dijo mirándome con sus ojos color miel, los cuales resplandecían ―Déjame entrar ―Empujo su boca hacia la mía.

Fue una sensación indescriptible. Era la segunda vez que el me besaba de esa manera, sin embargo esta vez el beso había sido más largo y yo lo había correspondido, imitando lo que él hacía.

Lentamente sentí mi cuerpo caer sobre la cama y lo mire inquisitivamente, el dejo caer su cuerpo sobre el mío.

―Escúchame, Oriana ―Choco su nariz con la mía, ambas temperaturas estaban hasta por los cielos ―Debes confiar en mí, estás segura, ¿me entiendes? ―Tomo mi rostro entre sus manos.

―Si ―Dije con un profundo suspiro. El sonrió.

Julian llevo mis manos a sus labios y deposito un beso en cada una de ellas. Luego, consciente de que su peso era más que el mío se levanto un poco.

El sumergió su mirada en la mía. Había tenido que recorrer un arduo y duro camino para llegar hasta este momento, y por nada del mundo lo desaprovecharía.

La necesidad de estar con ella era simplemente insoportable

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La necesidad de estar con ella era simplemente insoportable. Mientras mis manos recorrían el cuerpo de mi esposa, me pregunto cómo es que había logrado esperar tanto tiempo. Y llego a la conclusión de que había sido fácil, muy fácil debido a todo el amor que siento por ella.

Con suma delicadeza aliviano el cuerpo de mi esposa. Y luego el mio.

Me tendi a un lado y con un movimiento suave acerco mi boca a la de ella. Muy lentamente dibujo el contorno de los labios de Oriana. Ella se movió inquieta y la miro, siendo consciente de que esta vez su mirada es intensa, llena de deseo.

Se que soy el primero, que ningún otro hombre había estado con ella, ni siquiera alguien había logrado tocarla de esa manera.

En mis adentros dibujo una sonrisa de satisfacción, pero al mismo tiempo mr reprendi por lo egoísta que era ese pensamiento. Di un suspiro y fui depositando besos por todo el rostro de Oriana.

No podía aguantar más, había anhelado este momento desde nuestro primer día de casados, incluso desde antes, cuando tan solo habíamos salido juntos en una tercera cita.

Estpy consciente de que debería de ir lento, tener paciencia y ser muy tierno, para que ambos disfrutaramos y ella no resultara lastimada. Con un movimiento apenas notable quede sobre ella, y me recorde una vez más que debía mantener el control.

Lentamente y con un recorrido sensual llevo mis manos hasta la cintura de ella.

Oriana me dedico una mirada llena de amor y cariño y a continuación cerró los ojos mientras suspiraba. Deslizó sus manos por mi espalda y sinti ese toque en cada una de mis terminales nerviosas.

Simplemente había sido como una corriente extremadamente caliente a través de todo mi cuerpo. Sentía como si fuese a explotar, como si mi cuerpo hubiese alcanzado la máxima temperatura sobre la faz de la Tierra. Tranquilo, Julian, tranquilo, me dije a mi mismo, más de una vez para que me quedara plasmado en mi memoria; pero justo en ese momento Oriana despego su cabeza de la almohada y busco mis labios. Por un momento gire la cabeza, pues no quería perder el control.

―Julian ―Dijo con voz que temblaba y era apenas audible.

Eso para nada me ayudo. Rompi toda la concentración que había logrado reunir con tanto esfuerzo.

―Bien amor ―Dije con una voz tremendamente grave ―Relájate y disfruta

Abrí mis ojos y lo mire, entonces pude notar como el sonreía tiernamente y luego aproximaba su cara a la mía

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Abrí mis ojos y lo mire, entonces pude notar como el sonreía tiernamente y luego aproximaba su cara a la mía.

El me beso, dejando la ternura a un lado. Luego volviendo a ser tierno sus labios simplemente me encantaban, siempre sabían cómo moverse, como atrapar mi boca y no dejarla libre sino hasta que Julian así lo quisiera.

Lentamente sentí como mi cuerpo comenzaba hervir aun más si es que eso era posible.

―Te amo, Julian ―Le di un pequeño beso ―Te amo.

Su cara reflejaba sorpresa, sentí como sus manos subían de mi cintura a mis mejillas.

―Amor, me haces el hombre más feliz en el mundo entero ―Apretó sus labios contra mi frente ―Te amo, Oriana. Mi dulce y hermosa Ori.

Me beso por última vez de manera larga, exquisita y apasionada.

―No apartes tu vista de la mía, ¿quieres? ―Sonaba completamente agitado ―Iré lento, quiero que me hables, que me digas si... si quieres que me detenga.

<<Si quieres que me detenga>>. Repetí en mis adentros, creo que por nada del mundo le pediría que se detuviera, simplemente quería ser completamente de Julian Serrano y que él fuera enteramente mío.

―Esta bien ―Lo mire a los ojos tal como él lo había pedido y sonreí ―Ju, por favor...

Comencé a sentir como todo cambiaba. Como el amor comenzaba a irradiar por toda la habitación gracias a nuestros cuerpos en contacto.

Estaba experimentando algo completamente nuevo para mí en cuerpo y alma. Al principio doloroso, pero después me embriago una sensación placentera, simplemente perfecta. Y más aún porque estaba siendo causada por el hombre al que amo, y me ama. 

TE AMO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora