Estrella en una noche de verano

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Hay miles de estrellas fugaces en el firmamento, pero una en concreto solo pasa una vez, y tu decides si agarrarte a ella, o dejarla ir y arrepentirte para siempre….

Tres meses han pasado desde que le ví por primera y única vez. Aun recuerdo aquella sonrisa picara y dulce, esos ojos color zafiro que centelleaban y se clavaban en los míos, esos besos, la manera en la que nuestros labios se encontraban, esos brazos delgados que se aferraban a mi con miedo de que me escapara, y al final, acabé escapando. Aun siento aquellos labios deborandome con una pasión descomunal el cuello, y a la vez la dulcura y delicadeza que se escondian tras esa pasión descontrolada.

Después de duros meses de estudio, sin salir, por mas que mis amigos me insistieran, en especial mi mejor amigo Javier que después de las vacaciones de Semana Santa, se hubo centrado en querer salir en un ambiente diferente. Cansado de que siempre que salían tenía que dejarse un dineral en la entrada de las discotecas y las chicas siempre entraran gratis, decidió aprovecharse de esa ventaja que su sexo le daba, pues al ser hombre, entra gratis en discotecas de ambiente gay.

Desde la ultima vez que salí con Javi, en aquellas vacaciones de Semana Santa, repitió hasta la saciedad que nunca mas volvería a pagar para entrar en un discoteca.

Le conocí hace un par de años, en una reunión de delegados del centro en el que estudiábamos. A mi esas cosas me daban igual, pero tenia que hacer acto de presencia sí o sí. Era tímido por entonces, y aún también, pero digamos que con el tiempo voy dejando un poco de esa timidez apartada, me sentaba en final de la mesa, pensaba en mis cosas, no me enteraba nunca de lo que hablaban y a todo asentía, no opinaba, tampoco es que lo que yo pensara les importara mucho al resto de delegados, así que mejor me reservaba mis opiniones en ese tipo de reuniones, y si tenia algo que comentar hablaba con los tutores, por lo menos a ellos si les importaba. Siempre les e caído bien a los profesores, nunca e sido un chico aplicado ni hacía los deberes con frecuencia, pero no molestaba, atendía aunque ellos pensaran que no, y de vez en cuando, cuando me preguntaban algo para  “pillarme” se llevaban una sorpresa al ver me sabía la lección, con pequeñas lagunas pero me la sabía, y eso les alegraba.

Ese dia un delegado nuevo, no se de que clase estaba sentado a dos sillas de mi, era gracioso, se le veía con vergüenza, pero interés e intento de participación, educado, y a leguas se notaba que era mas que aplicado, un empollón, pero agradable. Al terminar la reunión salimos los dos a la vez.

-Disculpa, ¿hay horario de reuniones o es según el trimestre?.

-Mmmh.. si te soy sincero, no lo sé, cuando hay reunión me lo recuerda el jefe de estudios cuando me lo cruzo por el pasillo… ¿Eres nuevo?.

-Sí, llegué la semana pasada, antes vivía en Cien Pozuelos, y el delegado de mi clase dijo que le aburría eso, que se quitaba, y como nadie quería tomar el cargo, la tutora me lo ofreció a mi, para que me pusiera un poco al tanto de como iba el colegio y me enterara de las cosas que se suelen hacer aquí…

-¿Quien es tu tutora?.

-Mar, de lengua.

-Tienes suerte - dije con una mueca de aprobación.

-Me llamo Javier. - dijo, con una sonrisa de oreja a oreja.

-Yo Guillermo.

Hablamos hasta que llegamos al final del pasillo y cada uno tuvo que ir en dirección a su aula correspondiente, no había duda de que era un chico agradable, muy simpático, es mas, me resultó gracioso. Javi es delgado, quizás mas delgado que yo, pelo corto y de tez morenita, ojos grandes y marrones, y lo que mas gracia me hace, una cabecita grande y redondita con unos cachetes como para agarrarselos como una abuelita, mas o menos de mi misma estatura. Los días siguientes nos cruzábamos por los pasillos o en recreo, muchas veces me lo encontraba en la entrada y hablábamos un poco hasta que sonaba el timbre para entrar a clase. Un día una amiga de otra clase me dijo que había salido de fiesta con sus compañeros y Javi se le lanzó a besarla y la pidió salir. Me sorprendió un poco, quizas, aunque nunca habiamos hablado de esto, y dejandome guiar un poco por los comentarios de la gente, llegué a pensar que quizas podría ser gay.

Salíamos de vez en cuando de fiesta, a dar una vuelta o cuando había alguna cena o una comida en mi casa cuando mis padres no estaban, con los meses, Javi y Esther lo dejaron, lo dejó ella diciendo que estaba confundida, que no sabía realmente lo que sentía por el. Acabaron muy bien, como muy buenos amigos, seguimos saliendo todos juntos y sin ningún problema. Pero al siguiente curso decidí cambiarme de centro, quería cambiar de aires y vi un instituto que me gustó mucho, lo malo que estaba muy retirado de mi casa y tenia que darme grandes madrugones…. Digamos que por las circunstancias, acabe separándome un poco de todo el mundo, a quedar menos, incluso hacía meses que no les veía, pero por obra del destino me empecé a encontrar con Javi de vez en cuando en el autobús o en el metro. Creo que así fue como realmente empezamos a tener una buena amistad, hasta llegar al punto de convertirse en mi mejor amigo. Cada vez que se enteraba de algún evento o algo nuevo me avisaba para que fuéramos juntos.

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