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[   Bethany frunció el ceño. Ella conocía muy bien aquellas aureolas. Su pecho las desprendía.   ]

Vió como el siniestro hombre encendía la luz. La joven abrió los ojos como platos al ver el suelo blanco lleno de sangre, mesas de frío metal llenas de instrumentos que hacían que un escalofrío recorriera su espalda; y, en una esquina de sala había una mujer.

Las lágrimas acudieron a los ojos de la joven al ver su estado. Su castaño cabello estaba cortado por los hombros, pero parecía que era ella misma quien los había cortado con sus manos. Estaba completamente pálida, y unas grandes ojeras rodeaban sus ojos. Grandes heridas, de duras torturas llenaban su piel.

Estaba desnuda, y tiritaba. Bethany no tardó en ver donde estaba su ropa. Entre sus delgados y magullados brazos, había un bebé, envuelto en su ropa.

Bethany gritó sin control cuando el hombre golpeó a la mujer hasta arrebatarle al infante, haciendo sangrar a la mujer.

La joven corrió hacia ella, tal vez podría ayudarla usando sus poderes curativos. Pero cuando intento tocarla, su mano traspaso su cuerpo.

Ella no estaba físicamente allí. Ni en esa, ni en ninguna de sus alucinaciones.

Dirigió su nublada mirada al hombre, que había puesto al bebé es una de aquellas mesas. Observó con terror como cogía un sucio bisturí para abrir el pecho del mismo.

Observó paralizada como el hombre, sin piedad alguna, incrustaba aquella brillante piedra en su pecho.

Bethany gritó de dolor. Sintió su pecho sangrar sin control, y sus gritos se acompasaron con los llantos del bebé.

Cerró sus ojos fuertemente, y se dejó caer al suelo. Tapó sus oídos, quería salir de allí. Necesitaba salir de allí

Volvió  a gritar y abrió sus ojos de nuevo. Necesitaba buscar una salida, pero sólo se encontró con los ojos de Peter.

- ¡Bethany, para!-gritaba él.

La joven le miró confundida. Sus ojos reflejaban puro terror. Las manos de Peter  sujetaban su cabeza, ambos estaban tirados en el suelo.

Miró hacia abajo, el suelo estaba lleno de sangre, pero no era suya. Su pecho estaba perfectamente, pero aquella cosa brillaba como nunca antes y de sus manos surgían aureolas de los cuatro colores.

Se vió reflejada en una de las bandejas de metal que habían caído al suelo, sus ojos estaban negros, pero ella veía perfectamente. Estaba rodeada de aureolas de un azul cielo intenso.

- Bethany, mírame.-gritó Peter.-Estoy aquí. Quédate conmigo. Vamos Bethany, quédate conmigo.

La joven no sabía reaccionar. Solo se acercó a él.

- Protégeme.-susurró.

Peter la rodeó con sus brazos, apretándola tan fuerte contra él que podría romperle los huesos.

Y de un momento a otro, todo paró. Peter abrió los ojos, Bethany estaba desganada, completamente agotada entre sus brazos, derrotada. La sangre había desaparecido, pero no por completo.

Le recogió, acercándose también sus piernas.

- ¿Qué narices ha pasado?-pregunto alarmada Natasha entrando acompañada de Steve y Maria Hill.

Ayudaron a levantarse a Tony y Bruce. Steve dirigió su mirada hacia los dos jóvenes. Vió como Peter susurraba cosas a la joven, que estaba entre sus brazos.

Se acercó con cuidado, pero los ojos de Peter le advirtieron que no debía hacerlo.
Bethany cerró los ojos y se acercó más a Peter, disfrutando de su compañía y manchando sus prendas de la poca sangre que aún había en el suelo.

- Bethany, tenemos que levantarnos.-susurró Peter a la joven.

Ella asintió y se agarró a sus hombros. Peter sujetó fuertemente la cintura de su chica, porque sí, ahora la podía llamar así. Era su chica.

La levantó y dejo que se asentara. Aquella visión había sido mucho más fuerte que las demás.

Sólo podía mirarle a él, estaba demasiado avergonzada como para mirar a nadie más.

- ¿Qué ha pasado Beth?-preguntó Peter con delicadeza.

- No lo sé. Dios, no lo sé.

- No te preocupes Bethany. Eso me ha dado más que cualquier otra prueba.-dijo Bruce.

Ella simplemente bajó la mirada. Peter no tardó en poner su mano en su nuca atrayéndola a él.

- Subir arriba, Bethany necesita descansar y comer algo.-dijo Steve.

Peter asintió y la sujeél firmemente para ayudarla a levantarse y avanzar hasta la salida. Pero la joven de detuvo.

Elevó su mano, y las aureolas verdes llegaron hasta la dañada mano de Tony, curandola. El hombre asintió en su dirección.

Peter avanzó a su lado hasta el ascensor, no dejaba de mirarla de reojo. La quería a salvo y tenía miedo del daño que sus poderes pudieran hacerle. La necesitaba a salvo. Y a su lado.

- ¿Seguro que estas bien?-preguntó Peter cuando las puertas del ascensor volvieron a abrirse dejándoles paso al salón.

- Sí, Peter.

Él la dejo sentada en el sofá. La joven apoyó su cabeza sobre el respaldo de este. Peter avanzó hasta la cocina y lleno un vaso de agua que después le ofreció.

Bethany adoraba cuando se preocupaban por ella, y aún más si era Peter quién lo hacía.

- Gracias. De verdad que estoy bien.

Él asintió levemente con la cabeza, y besó la frente de Bethany. Ella sonrió plenamente.
¿Cómo se podría querer tanto a alguien?

El joven se sentó a su lado, y ella no pudo evitar acomodarse a su lado. Peter la rodeó con sus brazos.

¿Acaso ella se merecía eso? ¿Se merecía a alguien como él? No era fuerte, ni guapa, ni delgada. ¿Por que el la quería a ella?

- ¿Dónde esta Steve?

Bethany reconoció la voz de  Clint proveniente de detrás de ellos. Estaba ya vestido con su traje, y parecía totalmente alterado.

- ¿Qué pasa?-preguntó Peter levantándose.

Bethany extrañó su falta pero también se levantó.

- Están atacando el instituto de la calle principal. Es Tecna.

La sangre de Bethany se congeló. Su pecho brilló. Tenía que ir, tenía que ayudar.

- Mierda, Emily.-farfulló.

Se levantó, vio como Peter corría escaleras arriba para aparecer segundos después enfundado en su traje.

- Peter, ve yendo. Ahora vamos nosotros.

El joven asintió seguro. Fué hacia la terraza, y Clint hacia el ascensor.

- ¡Peter!-gritó ella.

- Tú no vienes.-dijo él firme.

- Emily esta allí.

- También Ned, Bethany. Te juro que la pondré a salvo.

La joven suspiró con rudeza. Quería ir. Quería hacer algo por si misma. Quería vérselas con Tecna.

Quería hacer algo productivo, que toda la gente del instituto supiera de lo que ella ahora era capaz

- ¿Si salto me cogerás?

- ¿¡Estás loca!?

Pero ella ya había saltado desde el bordillo de la terraza.

(1) Barton;  Peter Parker, The Avengers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora