(1) Barton; Peter Parker, The Avengers.

1.8

Bethany no tardó mucho en ir a su habitación. Necesitaba descansar, y lo iba a intentar, a pesar de que sabía que era completamente imposible porque estaría recreando el momento en el que Peter le había dicho todo aquello una y otra vez en su cabeza.

El paquete del que le había hablado Tony estaba en mitad de la habitación. Frunció el ceño y encendió la luz. Cerró la puerta, y con mucho esfuerzo lo subió a la mesa.

Era de un tamaño considerable. Cogió sus poco afiladas tijeras para abrirlo, sorprendiéndose con su contenido.

Cogió la pequeña nota que estaba encima de todo lo demás, y se obligó a si misma a leerla antes de coger el resto de las cosas.

Hola Bethany.
Lo siento por no haber intentado hablar contigo, yo tampoco lo he pasado bien.
Las cosas con Flash no van bien, y bueno, por muy estúpido que suene, me han adoptado. Me siento como un perro, pero la mujer que me ha acogido es un ángel. Se llama Anna, a veces me recuerda a ti, tenéis los mismos ojos. Vive sola con su perro Max.
No sé como me voy a adaptar, pero me siento bien. Me siento muy bien. La casa es enorme, y Anna se empeña constantemente en que le pida cosas. Al principio me negué, pero luego pensé en que si que había algo que quería.
Y ese algo era para ti.
  Intentaré contactar contigo. Te quiero señorita fuegos locos.
                                        Emily.

Posdata: ¿Qué tal con Spiderman?

La joven sonrió. Emily no cambiaría nunca. Dejó la nota sobre el escritorio y apartó las solapas de la caja.

Sacó todo el contenido, maravillándose.

Había libros. Cumbres Borrascosas, Romeo y Julieta, Alicia en El País de las Maravillas; todos aquellos clásicos que ella tanto anhelaba leer.

Y decenas de bloc de dibujo, lápices, y pinturas de uso profesional. Un par de camisetas, un colgante, varios pendientes.

Una gran sonrisa apareció en su rostro. Colocó todo en el armario y las estanterías, sin quitar aquella sonrisa.

Abrió la ventana y quitó todos los cojines de la cama, y fue al baño a lavarse los dientes y hacerse su típica coleta para dormir.

Oyó algo. Obviamente no tenía el oído de Peter, pero sabía que venía de su cerrada puerta. Las mariposas llegaron a su estómago.

Tecna no podría estar atacandoles ahora. ¿Verdad?

Alzó su mano, y invocó aquel fuego acudir a su mano. En vez de fuego, aparecieron aquellas aureolas verdes, pero daba igual.

El ruido siguió. Bethany se acercó despacio, y abrió la puerta. Puso la mano por delante de ella y lanzó aquel ataque.

Cual fue su sorpresa cuando se dió cuenta de que el ataque se habia eafumado en el aire, y que los pequeños ruidos de su puerta no eran mas que Groot arañando la puerta.

El pequeño ser corrió hasta llegar al monton de cojines y se volvió a acomodar en ellas. Bethany suspiró aliviada y se acomodó en la cama después de apagar las luces y cerrar la puerta.

- Buenas noches Groot.

- Yo soy Groot.