Capitulo IV - Selenna

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Por tres noches seguidas después de
mi curioso encuentro con nuestro amigo el cazador, estuve vigilándolo de cerca a ver qué podía averiguar acerca de él.

Era muy persistente. Cada noche apareció en el bar de Jazz esperando verme y por supuesto, no aparecí, en cambio me quedaba en la azotea del edificio de enfrente observando.
Ésta noche luego de una hora, perdió la paciencia y salio del bar, bajó caminando en dirección al estacionamiento, sacó un teléfono celular de su bolsillo y realizó una llamada que por supuesto yo podía escuchar perfectamente. Una voz femenina contestó al otro lado de la línea.

— ¿Hola?
— No apareció. — contestó el cazador con voz cansada.
— ¡Demonios, Leo! ¡Te dije que era una pérdida de tiempo ponerte en peligro de esa manera, hablando con ese demonio! — escupió la mujer con rabia.
— Lenna, es algo que tenemos que intentar, sé que es arriesgado pero no podemos sencillamente quedarnos sentados esperando por un milagro, es nuestra única opción, además él sabe que le conviene aliarse con nosotros, sé que no perderá la oportunidad de asesinar no uno, sino dos Antiguos. — dijo el cazador con más seguridad de la que parecía tener.
— ¡Oh, Claro! Que alivio que vamos a ayudar a un chupa sangre/psicopata a convertirse el doble de poderoso para poder seguir llevando muerte a donde quiera que vaya. ¡Eso, por supuesto, que me tranquiliza!. — replicó la chica con una furia que iba en ascenso a cada palabra que decía.
— ¡No! eso no es... — el cazador se detuvo frente a un Mustang negro y tomó una respiración profunda para poder calmarse apoyándose del auto.
— Lenna... Habrá más muertes. Sé que no es la mejor opción, a mi tampoco me agrada la idea de lidiar con El Desterrado pero... Sin él estamos en una encrucijada, necesitamos su poder para llegar a Los Antiguos... Además podríamos intentar atraparlo en una Celda de Fuego o un Círculo Gama para que así no sea capaz de absorber el poder de Los Antiguos. Podríamos intentarlo... — dudó un instante y continuó. — Y si no funciona, al menos... Él solo mataría vampiros, sabes cual es su modus operandi. Él no mata humanos.
— Eso no lo justifica Leonard, ¿Quién nos garantiza que una vez esté en posesión de la Sangre Antigua, no nos matará a todos solo por probar su nuevo poder? — dijo la mujer con dureza.
— Hermana... — suspiró resignado.
— ¿Confías en mí? — preguntó finalmente. La mujer hizo una pausa.
— ... Sí, Leo, sabes que si, pero es en ese demonio chupa sangre en quién no confío... — respondió rindiéndose.

Hablaron un poco más sobre verse en algún lugar y repasar cuál sería su siguiente movimiento si yo no aparecía. El rubio colgó la llamada, arrancó su auto ruidosamente y se alejó a toda velocidad en la oscura noche, pensé en seguirlo, pero lo dejé ir. Necesitaba caminar.

Hice mi recorrido saltando entre azoteas y tejados, maravillado con las escenas hogareñas que se presentaban ante mí a través de las ventanas de los edificios. De pronto, un movimiento en la solitaria calle llamó mi atención, una joven caminaba con paso apurado, estaba muy asustada. Parecía sentir que estaba siendo perseguida ya que volteaba cada cierto tiempo para mirar a sus espaldas. No me tomó mucho tiempo identificar el motivo de su preocupación, un desagradable sujeto la seguía con paso tranquilo pero oculto entre las sombras.

Un vampiro.

El la siguió por otro rato, pero muy pronto decidió dejarse de juegos, apuró el paso haciéndose más ruidoso para asustar a la pobre chica. Ella comenzó a correr pero por supuesto, tropezó y cuando estuvo a punto de caer, el vampiro se lanzó rápidamente hacia ella, la levantó antes de que golpeara el suelo con un ágil movimiento, tomándola por un brazo y estabilizándola con el otro rodeándola por la cintura. La chica tomó aire para comenzar a gritar pero el vampiro le colocó una mano sobre sus labios y susurró.

— Shh... No grites querida, esto no tomará mucho tiempo, te prometo que no dolerá... — dijo con malicia y una voz tan melosa que daba escalofríos... La chica se retorcía en sus brazos y lloraba murmurando contra su mano algo que debía ser un "¡Por favor, no me mates!".

El Desterrado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora