14. Carrie

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Maratón 2/2

Empaco mi última blusa y cierro la maleta. Suspiro cansada y bostezo. Me siento en el suelo y veo la gran maleta roja en donde coloque toda mi ropa, no para todos los seis meses que me quedaré en casa de mis tíos pero si para un buen tiempo. Luego, observo el pequeño maletín que contiene todo tipo de medicinas y objetos higiénicos, suelto una risa al recordar cuán serio se miraba papá cuando me dijo que tenía que llevar este maletín.

-¡Carrie!-me grita papá y me levanto del suelo bajando la gran maleta roja y el pequeño maletín. Papá me ayuda y deja mis maletas en la parte trasera del auto. Le sonrío estirando mi mano y el rueda los ojos dejando las llaves del auto en mi palma. Suelto un grito emocionada y corro al asiento del conductor.

-Por favor, no arruines mi auto-dice papá cuando se sienta de copiloto.

-Aish no seas malo, soy buena manejando-le digo cuando enciendo el auto y comienzo a manejar. Mi humor comienza a decaer cuando el empieza a gritarme por ir muy rápido, según el. Luego porque empece a hablarle y me dijo que me concentrara en ver el camino. Luego se asusto cuando vio a unos policías y comenzó a decir que había sido mala idea dejarme conducir hasta el aeropuerto.

Suspiro aliviada cuando llegamos y ambos nos bajamos. En el camino nos encontramos con Autumn y ellos van a dejar sus papeles para saber sus asientos. Cuando terminan nos dirigimos al segundo piso y volteo a verlos sonriendo. Papá me abraza enseguida y lo abrazo de regreso. Estamos abrazados durante unos minutos y luego lo obligo a que me deje ir.

-Papá tranquilízate-le digo cuando veo sus ojos cristalizados-Solo son seis meses, no es como si nos separamos por toda la vida.

-Te amo, abejorro-me dice agarrando mi rostro y besa mi frente-Pórtate bien. No hagas enojar a Ted, no hagas locuras con Sebastián, no te metas en problemas, no te quedes embarazada, no tengas ningún accidente, aléjate de los chicos, no camines sola por las calles peligrosas de Neva Jersey, no...

-¡Ya entendí!-le digo y el me entrecierra los ojos.

-Cuida mi auto Carrie Reeve, hablo en serio. Te llamaré cuando aquí este anocheciendo-yo asiento-Por favor. No hagas nada estúpido.

-¿Cuando lo he hecho?-alzo ambas cejas y el me observa sin decir nada-Está bien. Prometo que me comportaré-ruedo los ojos y el me sonríe abrazándome una vez más besando mi mejilla. Cuando se aleja de mí, abrazo a Autumn.

-Cuida de el-le susurro y me separo un poco para sonreírle picara-Espero que cuando regresen tu ya tengas un anillo en el dedo-ella se sonroja-Hablo en serio-la señalo y ella ríe pero asiente guiñándome un ojo-¡Bien!-les digo a ambos-Largo de aquí viejitos-digo despidiéndome una última vez de ellos-Diviértanse-les digo con una sonrisa pícara y me quedo ahí despidiéndome con la mano hasta que ya no los puedo ver. Suspiro y sonrío.

Bien, es hora de ir a mi nueva guarida.

***

Me estaciono unos metros lejos del edificio por el montón de autos qué hay estacionados. Bajo del auto y le pongo seguro después de bajar mis dos maletas. Con mucho esfuerzo llevo ambas maletas hasta la entrada del edificio y las dejo caer al suelo cuando llego a la recepción haciendo sobresaltar a la chica que atiende.

-¿Puedo ayudarte?-dice ella con una mueca y yo asiento.

-Si, sería de mucha ayuda si me dices el numero de apartamento de Sebastian...

-¡Carrie!-me interrumpe alguien y me doy la vuelta justo para recibir un gran abrazo de parte de Sebastian.

-¡Tio Sebastian!-le digo alegre, el me suelta y me ayuda a cargar la maleta roja.

Una Familia Inesperada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora