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One Shot inspirado por la canción de Michael Bublé. (Les dejo la canción para aquellos que aún no la han escuchado. También pueden escucharla mientras leen, si gustan, pero no está pensada como música de fondo ya que el One Shot les llevará más de 3 minutos leerlo).

 También pueden escucharla mientras leen, si gustan, pero no está pensada como música de fondo ya que el One Shot les llevará más de 3 minutos leerlo)

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03 de Enero de 2021

Yuri había despertado en una cama vacía, otra vez; no se quejaba, él había escogido esta vida hace ya tiempo, pero, aún así, lo hacía añorar a su querido esposo, quien era probable que ahora estuviera del otro lado del mundo, de gira. Extrañaba estar con él, detrás del escenario.

Sin prisa, se sentó y llevó su mano para tocar su abultado vientre, la principal por la que tuvo que quedarse y descansar.

Se levantó y caminó en dirección al espejo de cuerpo completo en su cuarto: su cabello había crecido bastante, estaba un poco más alto y sus ojos se veían diferentes. Se sentía tan domesticado, su carácter se había suavizado, y era en gran parte culpa de Otabek, ese gran oso de peluche.

El muy familiar sonido de una llamada entrante vía Skype distrajo su atención de la vista en el espejo. Sin pensarlo dos veces, oprimió el botón para contestar y se sentó frente a su computadora portátil con una amplia sonrisa.

―¡Hola, bebé! ―dijo Otabek con esa voz suave como la seda. Yuri podía jurar que ese hombre lo había hechizado de algún modo.

―Hola, Beka ―Yuri contestó, sonando aún bastante adormilado, un gran bostezo escapándose de su boca, a lo que Otabek no pudo hacer más que reír. Yuri se veía tan hermoso.

Pequeños rayos de sol se asomaban entre las rendijas de la ventana cerrada, iluminando el cabello de Yuri y dándole un brillo casi angelical; el embarazo le sentaba tan bien al chico, y Otabek era el único que realmente lo notaba.

―¿Te desperté, Yura? ―dijo frunciendo el ceño, sabiendo de antemano que su esposo necesitaba dormir.

Yuri se rió―Dos segundos hablando y ya estás de preocupón. Me acabo de despertar hace apenas unos minutos ―No iba a admitirlo, en realidad, por esa razón es que siempre ignoraba a su esposo cuando se preocupaba por él, pero, de hecho, le hacía sentir débil en las rodillas y enamorarse de nuevo de él.

―¡Oh, qué bueno! ¿Cómo estás? Me refiero a los dos, claro ―Por supuesto que Otabek iba a preguntar eso.

El kazajo vio una mano posarse sobre la cámara, y luego la pantalla se movió en un ángulo extraño hacia abajo, parando en el pequeño vientre abultado de Yuri. Era muy visible debido a que su marido era bastante delgado: no quedaba duda de que un bebé se estaba formando ahí.

―Estoy bien, ella... bueno, ella sigue creciendo ―A lo mejor él era un DJ muy famoso y popular pero el ver cómo de repente su esposo había empezado a mostrar su pancita casi lo hizo llorar. Fue entonces cuando su cerebro se puso al corriente con lo que Yuri había dicho.

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