1.4

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Habían pasado ya dos semanas, y Tecna parecía haberse relajado. No habían ocurrido más ataques, pero los medios y gobiernos estaban encima de los Vengadores.

Los continuos ataques habían provocado daños de gastos inimaginables, además de una cantidad considerable de muertes. Toda la población tenía miedo de hacer cualquier tipo de actividad cotidiana, y la confianza en los héroes era cada vez menor.

Bethany llevaba toda la noche sin dormir, al igual que todos los días desde el día del incendio de Londres.

Se levantó, cansada de dar vueltas en la cama. Se miró en el espejo enterizo que estaba al lado de la puerta de la habitación. No necesitaba dar ninguna luz, había dejado la ventana abierta completamente como todas las noches y el edificio estaba en el centro de la ciudad, que estaba lleno de luces por todos los lados, lo que hacía que la habitación quedara lo suficientemente iluminada.

El pijama que May le había regalado hacía unos días consistía en una camiseta blanca de manga corta, y unos pantalones cortos grises con pequeños dibujos de flores. Miró su reflejo, suspirando y odiando sus piernas cada vez más.

Se cambió rápidamente, poniéndose unos vaqueros, y una chaqueta de chándal por encima. Salió de  la habitación deshaciéndose la coleta y agitando ligeramente su pelo.

Se paró en el pasillo. Deseaba con todas sus fuerzas poder ir a la habitación de Peter y dormir con él. Pero eso era un paso demasiado grande. Claro que ella no sabía que Peter la habría acogido encantado, esa noche y cualquier otra.

Avanzó hasta las escaleras, cuidadosa de no hacer ningún ruido.  No querría despertar a nadie, quien sabe como estaría Bruce si le despertara a las cinco y media de la madrugada.

Bajó las escaleras y avanzó hasta la cocina. Se sirvió un vaso de agua fría y se obligó a si misma a bebérselo. Se quedó recostada sobre la encimera de la cocina.

Peter actuaba como si no hubiera pasado nada aquel día. Parecía haber olvidado todo lo que le dijo a la chica, y aquel primer beso que fue lo que le dio la fuerza a Bethany para poder controlar sus poderes.

La joven pensaba que simplemente él habría cambiado de opinión, se habría dado cuenta de que ella no era lo suficientemente fuerte, lo suficientemente delgada o lo suficientemente guapa.  Y Bethany podría morir por dentro sólo de pensarlo.

Para ella ese beso había sido, por qué no decirlo, el momento más especial de su corta vida. Le quería y estaba locamente enamorada de él, y que aquello pasara había significado mucho para ella. Pero a él parecía no importarle.

Avanzó hasta la terraza, que ya estaba arreglada. El tacto del suelo era frío en sus pies descalzos. Las luces de la ciudad brillaban tanto como siempre.

Se recostó sobre el bordillo y observó el tránsito de la calle.

Peter era ahora SpiderMan. Todo el mundo sabía quien era él, podría encontrar a alguien mejor que ella. Claro que podría.

A una chica más delgada, con curvas, con unos ojos bonitos y un pelo precioso, con una sonrisa perfecta y una personalidad perfecta. Una chica encantadora, alguien mejor que ella.

Los ojos de la joven se llenaron de lágrimas, y por mucho que intentara detenerlas, estas rodaron por sus mejillas. Quería ser fuerte, sabía que aquello a ojos de otra persona sería algo ridículo, pero para ella era una verdadera tortura.

Y sí, tal vez se estaba obsesionando. Pero en parte sabia que Peter era la única cosa de aquel alocado mundo que podría hacerla realmente feliz. Ella sólo necesitaba que alguien le mostrara que realmente no era tan horrible como creía.

(1) Barton;  Peter Parker, The Avengers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora