Capítulo X

2.8K 120 19
                                    

X

Los dos amigos se encaminaron hacia las rampas. Las enormes máquinas de ensamblaje se hallaban simétricas, lo que volvía más justa la partida. La cosa se hallaba organizada así: Unos obreros desatornillaban las piezas, otros bajaban las que se hallaban en lo alto (para eso las rampas), otros las limpiaban, otros las subían de nuevo, y los demás las engrasaban un poco antes de acomodarlas de nuevo. Luca y Dmitri se encargarían de bajar las piezas. Esperaron sentados mientas los otros obreros se encargaban de desatornillar las piezas, y mientras esto ocurría, ellos se lanzaban miradas de rivalidad que acabaron por llamar la atención de los demás obreros.

Pasó media hora, ya todo mundo se había enterado de la competencia. Algunos obreros se pusieron cómodos para presenciar el encuentro, pero otros se quedaron en la parte alta de las máquinas, limpiando y engrasando la estructura. Por fin les dieron la señal de que era su turno, y ambos hombres ya sentían bullir la sangre por las ansias de vencer. Dmitri se palmeó los muslos, y sonrió ligeramente.

-Rómpete una pierna, Cárol –susurró.

Comenzaron a subir, y una vez arriba, se echaron a la espalda todas las piezas que soportaban, y comenzaron a bajar por las rampas a la velocidad que les fuese posible sin caer. Sin embargo, Dmitri trastabilló haciendo que las piezas se desacomodaran y se le clavaran en las costillas. Sin embargo, pudo recomponerse y no detuvo su marcha. Los obreros miraban con verdadero interés, y algunos incluso se dieron el lujo de hacer algunas apuestas insignificantes.

-¡Se cae! –gritó uno, poniendo de nervios a Dmitri.

Sendas carcajadas inundaron el lugar mientras Luca dejaba una pieza de titanio en el suelo y subía corriendo, haciendo ruido con sus pesadas botas. Continuaron subiendo y bajando.  A Luca se le resbaló una pieza, y tuvo que bajar desbocado para evitar que cayese y se abollara o arañara.  Pasaron unos minutos antes de que Dmitri se sentara en el suelo. Jadeó unas cuantas veces, y se tomó unos largos respiros. Luca aprovechó y subió trotando. Se escucharon algunos silbidos hacia Dmitri, que se levantó y subió de nuevo. A Dmitri le quedaban unas ocho piezas pequeñas, y a Luca tres grandes. Luca se sentó de pronto sobre la rampa, jadeando y tratando de equilibrarse. Sus pulmones apretujaban a su corazón al ensancharse todo lo que les era posible. Dmitri aprovechó y bajó a toda prisa, llevando consigo la mitad de las piezas. Luca se levantó como resorte, y subió a trancos con el sabor de la derrota en la punta de la lengua. No pensaba perder. Sin querer, y con la prisa que llevaban, se estampó contra la máquina. Se recompuso con rapidez, y se subió las tres piezas a la espalda. Se escucharon algunos gritos, pero Luca no reaccionó hasta que sintió que algo le golpeaba en la nuca. Se le enredaron los pies, y al tiempo que caía, sintió la grasa esparcirse por sus hombros y chorrear por su pecho.

 El tiempo se congeló cuando Luca salió despedido hacia el frente, con un vacío frío en el estómago. Cayó de pecho sobre la rampa, y sus pies se elevaron en el aire, amenazando con hacerlo rodar. La grasa lo había chorreado, de modo que Luca se deslizó cual pingüino hacia el suelo. Dmitri se detuvo en pleno ascenso para verlo caer con los ojos muy abiertos. Luca sentía que el corazón le iba a estallar, debido al tremendo peso de las piezas en la espalda y al miedo. Terminó de deslizarse, y quedó tendido en el suelo. Su pecho martilleaba, cada vez más lentamente. Algunos obreros se tiraron a reír, llenando el lugar de carcajadas. Dmitri se mordisqueó los labios para reprimirse, y corrió a socorrerlo. El peligro había pasado, ya todos podían reír a gusto.

Luca se incorporó cuando Dmitri le hubo retirado el peso de la espalda. Su barbilla goteaba aceite, su ropa estaba más que sucia. Más carcajadas. Luca no podía sentirse enojado, solo aturdido y aliviado. Un hombre delgado y con las manos engrasadas bajó a trompicones por la rampa y se aproximó corriendo.

WhateverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora