Lenny detuvo finalmente el coche soltando un profundo suspiro, estaba muy nervioso y ni se atrevía a girarse para mirar a su chica… le sonaba raro incluso el pensarlo, “su chica”, pero sí, Ellene se lo había confirmado esa misma mañana cuando él, muy tímidamente, la había pedido esa cita.
–Oye, yo… la miraba donde permanecía sentada, con sus hermosas y sedosas piernas, la izquierda encima de la derecha, enseñando parte importante de sus muslos, Lenny se mantenía quieto, embobado, sin poder acabar la frase. Mientras Ellene sonreía abiertamente, su sonrisa era franca, abierta, sin sombras, era una niña muy hermosa, su ondulada cabellera pelirroja y esas pecas que se dibujaban sobre sus delicados carrillos, le daban un aspecto infantil y travieso, además su mirada era del todo cristalina. Imposible esconder nada oscuro en su mirada azul—pensaba Lenny sin parar de suspirar.
Nerviosamente Lenny llevó su dedo índice hacia la desnuda tripita de la pelirroja, como si temiera su rechazo pero no, su sonrisa no cambió, al contrario, nada más sentir su ligera presión Ellene habló con su autómata voz; «Lenny es mi chico y Ellene es la chica de Lenny».
Sí, Lenny al fin tenía a “su chica”.
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DISPARIDAD DE MICROS
Short StoryMicros, salvando la realidad, siempre intempestiva y falsa.