Capítulo 18

1.2K 55 0
                                    

→Narra Justin←

—¿En dónde rayos te metiste? Sabes bien que no puedes hacer esto y menos sin avisar–se quejó Ryan desde la otra línea.

—Perdón, esto es urgente. Después lo discutiremos–dije desconcertado.

Luego de regañarme durante unos minutos, finalizó la llamada y me resigné a mi trabajo; debía encontrar a ____.

→Narra ____←

—Había olvidado que eras tan lista–se echó a reír.

Giald fue el primer esposo de mi madre, el siempre estuvo celoso de mi padre y es por eso que toda su vida ha estado resignado a arruinar nuestras vidas. Pero la mía, más que ninguna otra. Yo era desafiante. Ella jamás me había dicho que él era su ex-esposo cuando el rondaba la casa hasta que pude convencerla, mucho antes de eso; el tipo me daba mala espina. Muy mala.

Luego de que mi madre murió, él se encargó de multiplicar el dolor en mi padre; haciéndolo aún más miserable. Pero su alegría aumentó cuando se enteró de la muerte de mi padre. Se emocionó demasiado que hasta fingió preocupación hacia mi estado en esos momentos.

Pero yo no soy idiota. Y si hay algo que me cuesta ganar, es la confianza en la gente.

Muchísimos lo encuentran como timidez, para mí es evitarse una desilusión.

—¿Y bien? Piensas quedarte así todo el día?–hizo una mueca–te traje comida.

—¿Qué mierda quieres?–dije agotada.

—Eso no te incumbe-terminó cerrando bruscamente la puerta.

¿Yo preocupada? Sí. Pero por la comida; la parecer se la había llevado.

→Narra Justin←

—Necesito que me ayudes a rastrearla–grité.

—No es posible, Bieber, me encuentro demasiado ocupado–dijo Alfredo.

—Gracias, eh. –corté.

¿Dónde podría buscarla ahora? Decidí llamar a Chaz. El sabría; luego de dos tonadas atendió:

—Bieber?

—Chaz, necesito ayuda. Desapareció la chica de la discoteca, se la llevó un tipo y al parecer ella estaba dormida. Necesito localizarla.
—Llama a Leila. Ella debe tener a alguien–dijo y cortó.

No importaba cómo, mataría, pero la encontraría.

→Narra ____←

Habían pasado varias horas desde que había despertado y hablado con Giald, hasta que apareció agarrándome desprevenida.

—Te voy a dar comida solo si aceptas mi trato–dijo ingenioso.

—Prefiero morir de hambre–escupí.

Al instante me arrepentí de haberlo dicho; sacó una navaja de su bolsillo y la presionó contra mi frente haciendo un corte profundo, dejándome sin aliento.

Tenía miedo; por primera vez en muchos años en los que creí haberlo superado.

Y justo cuando creí que moriría, como si se tratara de una película mafiosa, se escucharon ruidos en la entrada. Giald se fue dejándome totalmente desconcertada. Estaba sufriendo mucho a causa del corte, mi cara estaba ensangrentada; no habría que hacer mucho esfuerzo para darse cuenta. Entonces escuche que la puerta trasera sé abría.

En ese mismo momento, me dí cuenta de que mi vida ya no giraba en torno a mi trabajo. Giraba en torno a él.

Hasta que la muerte nos separe (Justin Bieber y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora