Capitulo 14

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Pasó una semana, una larga semana. Diego aún no había contado nada de lo que pasó con Roberta. Mia y Miguel ya no sabían qué hacer con él, ya que éste ni siquiera quería que se quedaran con él, así que no les quedó más remedio que acceder, no sin antes recordarle que no estaba solo y que podía contar con ellos para lo que quisiese.

Pero Diego no los llamó en ningún momento. Abandonó el depa de Miguel a los pocos días, quería estar sólo. Además estaba medio enojado con Mia también, porque ella debía saber de la existencia de... ese, y no había dicho nada. Había dejado que él se entregase de nuevo a esa relación que ya tanto daño le había hecho.

Poco después Mia y Miguel se enteraron por la prensa que Diego había entrado en una de esas grandes empresas que tanto detestaba, entró directamente a los puestos de dirección ya que por su padre y por los estudios universitarios que tenía, todas las empresas lo querían en sus filas. Siempre había desechado las propuestas pero esa vez fue diferente, y se la pasaba trabajando todo el día.

Roberta, después de la conversación con Mia, había cogido un vuelo a NY y volvía a vivir allá con su mama y Colucci. Al principio no quiso contarle nada a Alma, pero obvio ella quería saber toda la historia de cómo recuperó la memoria, además de saber qué era lo que le había hecho volver de esa manera tan repentina y con esa cara de tristeza.

Quería saber muchas cosas y Roberta necesitaba hablarlas con alguien.

Alma: Mi vida.... Diego otra vez, verdad?... Fue por él que recordaste? -le dijo mientras acariciaba el cabello de su hija que estaba recostada en su regazo, como cuando era niña.

Roberta: Sí... -dijo con un hilo de voz. Era pensar en Diego y las lágrimas caían automáticamente por sus mejillas. Su reencuentro había sido como un espejismo... un caramelo que le enseñas a un niño chiquito para luego quitárselo...

Alma: Pero mi niña chiquita hermosa.... cuéntame qué pasó esta vez...

Roberta: Nada... siempre la riego ma... siempre lo hago todo mal y acabo lastimándolo. Por eso me fui... él no se merece todo esto... ya le hice sufrir suficiente... no le merezco...

Alma: Roberta... ya sé que dirás que lo digo porque soy tu madre pero lo voy a decir igual -Roberta se quejó- Escúchame... Diego no se merece sufrir, estamos de acuerdo, pero tú tampoco. Y ahora estáis sufriendo los dos. Así que explícame la razón de por qué estás aquí y no con Diego.

Roberta: Está bien... te pones muy intensa sabes...

Alma: Óyeme Roberta Alejandra Reverte Rey Colucci -a ella también le gustaba añadirle otro apellido- me respetas eh? -con cara seria pero en broma.

Roberta sonrió y Alma sonrió a su hija de vuelta, contenta de haber conseguido algo que su hija no hacía desde que llegó de México... pero la vez que llegó hacia ya un año, cuando dejó a Diego. Ese año sin él, estuvo muy mal, después con el accidente no se acordaba de él pero su madre reconocía en su mirada que no era totalmente feliz, sabía que Roberta en su interior sentía que le faltaba algo. Y ese algo era el amor de Diego, su recuerdo... Por eso Alma, no podía permitir que su hija sufriera una vez más.

Roberta: Si, si... está bien mamita preciosa -Alma rió por su comentario ya que ella nunca le decía así- Ma, ya no te rías o te diré peor! -Alma calló y volvieron a los poses serios, el de Roberta era más bien triste, continuó explicando- Verás.... te acuerdas cuando Mia me llevó a España a conocer parte de su familia de allá? Pues ese verano conocí a un chico, lo de Diego era muy reciente y bueno... tú bien sabes lo terca que soy... quise sacármelo de la cabeza y no encontré mejor manera... El chavo me tiró la onda y yo le correspondí...

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