Chica hermosa su vida llena de misterios.
la manera en la que piensa es diferente, Ella no cree en la muerte ni en el amor.
un chico muy particular aparece para hacer de su vida un desastre, Frio, calculador, posesivo y celoso.
Enemigos siempre, eso...
Anthony hizo una reunión familiar, teníamos que hablar sobre lo que va a pasar en el instituto con respecto a las donaciones de esta semana.
- lo siento chicos pero tienen que asistir
¿Que esta diciendo?
- Que?- pregunta Rosalía alterada
- como escucharon, van a asistir esta semana
- va ser una tortura para nosotros – digo
- lo se, pero soy el médico del pueblo y ustedes son mis hijos, tienen que ayudarme un poco, imagínense un gran doctor respetado que dirige las donaciones por obligación y sus hijos no van a clases. ¿Eso les suena bien? – dice Anthony con calma, el siempre a sido así
- bueno técnicamente no somos tus hijos
- Ulices – le digo para que se calme se que el también esta alterado por eso
- déjalo Alice, es un favor que les estoy pidiendo, como familia – todos nos quedamos pensando
- esta bien – digo
- que más queda, ahora vámonos – dice Ben
La reunión termino y nos dirigimos al instituto, estoy un poco nerviosa por varias razones.
Primero que hay donaciones.
Segundo... la sangre para nosotros es como un vicio que tratamos de superar pero es imposible.
Tres... hay lobos por aquí, pensé que se habían extinguido pero veo que no, hay que estar alerta.
Y cuatro...ayer estuvo Keisel aquí, eso significa que el consejo tiene sus narices metidas en esto.
Salgo del auto y me dirijo a mi siguiente clase, Alessandra esta muy callada eso es raro en ella.
- ¿que te ocurre? - le pregunto llegando a mi casillero
- estoy preocupada
- por lo de las donaciones
- si y tambien por otra cosa
- que?
- Hace años atrás en el instituto de Alaska hubo donaciones y eso fue una masacre
- si lo se, allí fue cuando mataron a tu hermano Tobias
- exacto, todo fue un caos, no quiero que se vuelva a repetir
- tranquila todo va salir bien – eso creo
- Alice
- cálmate si
Cuando voy cerrando el casillero, veo a Aaron viéndome, que raro de el.
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