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La conversación de aquella tarde con Jeremy me hizo recordar viejas heridas. Heridas de un pasado no muy lejano que con toda mi fuerza de voluntad intentaba olvidar. Pero... ¿Por qué será, que cuando una persona más se esfuerza en olvidar, tarda más en hacerlo? Aquellas heridas aún estaban frescas, no eran heridas físicas de esas que sanan en una semana, si no, de esas heridas del corazón que demoran días, meses, e incluso años en sanar. A mi parecer, mi herida era de esas que nunca olvidas en la vida. Saber un poco de Jeremy y sus hermanos me alegró, también me sentí feliz de tener a alguien con quien hablar sin mentiras, alguien en quien confiar y a quien poder recurrir cuando lo necesité, aquel amigo incondicional que nunca me iba a fallar. Emilio era mi amigo, pero... aunque él no lo sabía yo sabía de los sentimientos que él tenía por mí y aquello, en cierta manera, me limitaba en lo que podía contarle y que no, por miedo a lastimarlo. Lo que menos quería era que el saliera lastimado y se alejara de mí, tenía mucho miedo de perderlo como amigo.

Luego de esa tarde, cenamos y estudié con mi abuelo para luego, al día siguiente, ir al instituto. En la mañana, cuando salía de casa mis vecinos me esperaban para ir a clases. Al llegar al instituto Andy caminó a mi lado y se sentó junto a mí en el salón. Durante las clases conversamos una que otra cosa y por alguna razón que desconocía, las chicas del salón comenzaban a darle su espacio. Durante el almuerzo fuimos al patio a comer juntos, nos sentamos en una banca que estaba debajo de un árbol, era otoño y ya comenzaba a hacer frío, pero aun así decidí salir porque pude notar que él quería preguntarme algo.

–Jeremy me contó que ayer estuvo contigo en la tarde.

–Suenas preocupado.

–¡Eh... yo...! En realidad, yo quería saber...

–Estuvimos hablando de muchas cosas. Tu hermano es muy perspicaz y se da cuenta de cosas que los demás pasan por alto. También me habló muchas cosas de ti.

–¿De mí? ¿Qué te dijo?

–Que eres un hermano muy sobreprotector.

–¡¡¿Qué?!!

–No te preocupes, no quiero engatusar a tu hermano y alejarlo de ti.

–¡No estaba pensando eso!

–No me gusta.

–¿Qué?

–Que no me gusta Jeremy. No tengo ninguna clase de sentimiento romántico por tu hermano.

–¿No?

–No, más que un sentimiento romántico, creo que vamos a ser muy buenos amigos. Él solo me entiende más de lo que quisiera.

–Ya veo. ¿Qué más te contó?

–Mmmm... que desde que sus padres fallecieron te has hecho cargo de él y de Scott y que has trabajado como modelo y actor desde muy pequeño. Que casi no tienes amigos y nunca has salido con nadie por estar cuidando de ellos todo el tiempo.

–Debo parecerte estúpido.

–Para nada. Creo que eres increíble.

–¿Qué?

–Hacerse cargo de tus hermanos desde pequeño, trabajar para ellos, velar por que nada les pase. Si fuiste capaz de hacer eso desde los cinco años dejando atrás tu tiempo de ser niño, para mi eres un hombre digno de admirar. Dejaste muchas cosas de lado, pero gracias a ti tus hermanos han crecido bien, con buena salud y hermosamente. Ellos sin duda te deben adorar y esa es la mejor recompensa que puedes tener. No cualquier niño de cinco años toma esa clase de decisiones, eres un gran hombre.

–Ya veo. así que te contó de nuestros padres.

–No exactamente. Solo me dijo que habían fallecido. Lo único que me dijo de ellos de manera clara es que tu madre era cantante y que Scott me había llamado "mamá" porque mi voz se parece a la de ella.

Profundos y Bellos ojos azulesWhere stories live. Discover now