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En clases de matemática el profesor se lo pasó alabándome por resolver un problema de nivel universitario rápidamente y sin errores. Al salir del instituto de vuelta a casa, Andy y sus hermanos venían conmigo en uno de los autos que mi abuelo había mandado por mí.

–Mey ¡Eres increíble!

–¿Por qué?

–Resolviste ese problema muy fácilmente.

–Era fácil.

–¡Entonces tienes que enseñarme!

–Ya lo veremos.

Cada momento que pasaba con aquellos tres era muy preciado para mí, podía reír sinceramente y desde el corazón, como nunca antes lo había hecho. Aquella tarde Jeremy vino a mi casa como había prometido y fuimos a conversar a mi habitación para que nadie nos escuchara. Pero antes de que podamos hablar sonó mi teléfono mostrando en la pantalla el nombre de mi hermana, esta vez decidí contestarle. Pero antes de hacerlo alejé el celular un poco de mi oído y presioné el botón para aceptar la llamada y lo primero que se escuchó fue la voz de Leyla gritando.

¡¡¡MEY, ¿QUE DEMONIOS HACÍAS CON ANDY HOY EN LA MAÑANA?!!!

–Hola Leyla, estoy bien, no te preocupes.

Hola... ¿Me puedes explicar ahora?

–¿Qué tengo que explicarte?

¡¡¿Por qué te ayudó Andy?!!

–¿Andy? ¿Quién es ese?

¡¡Mey!! ¡¡No juegues conmigo!!

–Leyla... si él no me ayudaba tu no lo ibas a hacer y ahora tendría otro moretón en la cara. No tengo idea de donde apareció ese tal Andy ni le pedí su ayuda, simplemente apareció.

¡Mientes!

–No tengo una razón para mentirte.

¡Pero él te sujetó de la cintura tan protectoramente!

–Leyla... él no es tu novio ni tu amigo, yo soy tu hermana y nada más. No debo darte explicaciones de con quién hablo y con quién no, deja de hacer escándalos por no conseguir lo que quieres. Y si vas a llamar solo para gritar, ya no llames y tampoco vengas más, no haces nada más que perturbar la poca tranquilidad que tengo.

¿Mey...?

–Ya estoy cansada de tu actitud de niña mimada y consentida. Tengo derecho a hacer mi vida a parte de la tuya, ya déjame tranquila y usa el dinero de papá para comprar amigos, como siempre haces con todo. Adiós.

Jeremy no hizo más que escuchar aquella conversación y no dijo nada, solo una pregunta salió de sus labios.

–¿Tu hermana de verdad está enamorada de Andy?

–No sé si sea amor... yo lo veo más como una obsesión. Aunque no soy nadie para juzgarla, yo nunca me he sentido así por nadie.

–¿Y no querrías sentirlo?

–Te lo acabo de decir en la mañana. Tengo miedo de querer a alguien y que me dañe. De igual manera tengo miedo de dañar a ese alguien.

–¿Pero precisamente a que le tienes miedo?

–Al rechazo... al dolor... a la tristeza... a la soledad.

–Suenas como alguien muy insegura y también como alguien que ya ha sufrido por amor.

–Quizá. En cuanto a la inseguridad, lo soy. Lo que ves y lo que muestro son lo que me obligaban a ser. Yo soy muy tranquila y sencilla, también soy insegura. Alguien que sufre mucho y tiene miedo de dañar y resultar dañada.

Profundos y Bellos ojos azulesWhere stories live. Discover now