Profundos y Bellos ojos azules

☆ ◦☆ ◦☆ ◦ 07 ◦ ☆◦ ☆◦ ☆

Aquellos tres caminaron a mi lado y pude sentir la mirada de todas las chicas sobre mí. Quedé en el mismo salón que Andy, quien se sentó a mi lado, Jeremy y Scott quedaron en el salón de al lado, ya que eran un año menor que nosotros. Me hicieron presentarme y al escuchar mis apellidos todos me miraron con seria expresión, sabía mejor que nadie cuanto pesaban mis apellidos, ambos eran pesados de llevar. El apellido Schneider denotaba perfección, seriedad, talento y el apellido Aston denotaba prestigio, inteligencia y honor. Y en aquel instituto en donde iban los hijos de políticos, empresarios, famosos modelos y actores no era de extrañar que conocieran mis apellidos y supieran quienes eran mi familia y a que se dedicaban. Al primer descanso salí de la sala de clases y me senté en un banquillo del patio, estaba sola y veía como pasaban varias chicas mirándome con frialdad. Hasta que alguien se sentó a mi lado y al levantar la mirada vi a aquel chico pelirrojo.

–¿Estás sola?

–Hola Jeremy. Sí, estoy sola.

–¿Y Andy?

–Salí antes. A él lo atrapó un grupo de chicas histéricas que gritaban su nombre.

–El hombre de ayer... ¿Era tu padre?

–Si.

–Es... la clase de padre que no querría tener. Te entendí completamente cuando lo vi.

–Ya veo.

–Él... ¿Te golpea con regularidad?

–No, ese día cuando me encontraron fuera de mi casa, fue la primera vez que el me golpeo.

–¿Cómo es él?

–Arrogante, inteligente, egocéntrico, orgulloso... tiene demasiadas características que no me agradan.

–Ya veo. Mey... ese chico de ojos verdes, ¿Era tu novio?

–No, Emilio es mi mejor amigo... de hecho, es el único que tengo.

–¿El único?

–Debido a que crecí siendo educada en mi casa nunca conocí niños de mi edad con quienes pudiera jugar. Solo tenía a Leyla, pero era lo mismo que estar sola porque debido a la estricta educación de mi padre, casi nunca se nos permitía jugar. Nos lo pasábamos todo el día leyendo, estudiando o practicando con nuestros instrumentos. A Emilio lo conocí cuando mis padres se separaron y nos fuimos a vivir con mi abuelo. Él vive en el mismo edificio en donde vivía yo antes de mudarme a la mansión, desde entonces somos muy buenos amigos y no he tenido la oportunidad de hacer amigos debido a mi apellido.

–¿Tu apellido? ¿Qué tiene que ver tu apellido?

–La familia Schneider es considerada una familia de alto prestigio en la sociedad. Es respetada por ser una de las más acaudaladas y sus integrantes son considerados como personas integras, inteligentes y perfectas. Y la familia Aston tiene aún más honor y prestigio que la familia Schneider. En la alta sociedad a la que pertenezco el valor de una persona lo determina el capital de la familia. Así es como funciona el mundo al que pertenezco.

–Debe ser frustrante.

–Lo es... todo es un negocio. Las personas solo se te acercan por conveniencia y la amistad y el amor se determinan por el dinero.

–¿De qué estás hablando?

–De que los amigos y el amor se pueden comprar o se determinan por el nivel económico. Todo no es más que un mero negocio por conveniencia de ambas familias.

–Ya entiendo. Así que es solo conveniencia.

–Si.

–¿Y qué hay de ti?