XIV

1.3K 117 14
                                    

—¿Qué haces? —Jos volvió a preguntar. Esta vez adentrándose a la habitación y cerrar la puerta detrás suyo.

Pestañe dos veces seguidas y trague en seco para volver a leer aquella palabra en voz alta. Jos me miro con toda la atención del mundo y dio un profundo suspiro cuando termine de hacerlo.

—¿Qué significa? ¿Hay alguna relación con mi padre? —quise saber y Jos levantó los hombros.

—No lo sé...creo pensar que sí —él se balanceo hasta mi quitandome el folder azul para apretarlo fuertemente con sus manos —. Pero esto es algo que no es de tu importancia.

—¿Por qué no? La palabra Villalpando esta escrito ahí. Hay una foto de mi padre... Eso tiene que ver con mi familia.

—Con tu familia pero no contigo Vera.

—¿Por qué no?

—Porque tú me importas. —respondió.

—¿Y mi familia no te importa? —cuestione y él sonrió ampliamente.

—No después de lo que han hecho.

Esas simples siete palabras causaron que en un abrir y cerrar de ojos me llegarán a la mente decenas de preguntas en relación con muchas personas.

—¿A qué te refieres? —pregunté.

Jos no dijo rápidamente nada, comenzó a caminar por toda la habitación, se desnudó quitándose la camiseta y los zapatos y se echó en la cama con sus manos sobre su nuca.

—No querrás saberlo —sonrió —. No quiero que me culpen y que me culpes por el odio que le puedas tener a tu padre. No quiero hacerte el mínimo daño, es increible como alguien se puede meter en la cabeza de una persona tan fácilmente. ¿Alguna vez te has enamorado?

—No —respondí a su pregunta y Jos volvió a sonreír.

—Yo tampoco pero quizás podríamos cambiar eso.

-o-

Al día siguiente me había dado una ducha, el rato que pude dormir no bastó y estaba perfectamente segura que tenía unas grandes ojeras debajo de mis ojos.

Jos había salido temprano, él no había dormido mucho desde que nos acostamos en la cama y había salido de la casa en compañía de Alan y Darren.

Yo por lo tanto, las ansias que tenía de saber cómo estaba Freddy, Chris y Lily causaban que me diera muchas explicaciones de lo que ellos puedan pensar de mi. Tenía miedo de que me echarán la culpa de que casi muere cada uno de ellos y sinceramente es probable que no me quieran ver ni en pintura. Me sentía tan culpable por ello que no podría ni siquiera mirarlos a los ojos mucho tiempo.

Me había puesto la ropa que Travis me compró está mañana; unos pantalones de mezclilla y una blusa roja.

Con todo lo que pasó la anoche anterior, aquella carta que no pude leer, las fotografías y esa frase aún seguían en mi mente lo que me dejaban sin respuesta alguna, yo quería seguir buscando en la habitación pero después de las palabras de Jos preferiría que él me lo dijera.
Salí a la cocina y Travis había cocinado un par de huevos revueltos con algún tipo de carte y jitomate, había jugo de naranja y fruta picada.

—No soy un buen chef pero ¡joder!  Estoy tan cerca de ser uno. —sonrió dejando el mandil a un lado.

—Seguro que sí.

—¿Dormiste bien? —el chico cuestino colocando dos platos con el desayuno en la mesa.

Por lo que veo sólo nosotros dos comeremos.

UMBRELLA (Or Nah?) » Jos CanelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora