4 Algo más que solo sexo

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ALGO MÁS QUE SOLO SEXO

Juro por el cielo que nunca me mudaré a este vecindario. Solo hay que estar aquí para sentir la pesadumbre. Es todo muy silencioso, fúnebre. Mi prima Noelle, está a mi lado parloteando acerca de la actividad de esta noche mientras nos aproximamos a mi casa.

El lugar era de mi tía fallecida, como aún no leemos el testamento no sabemos a cuál de sus sobrinos le pertenecerá, ya que no tuvo hijos. En lo que se averigua el caso, es de todos, y ellos no pisarán este lugar a menos que les ofrezcan una cantidad sustanciosa de efectivo.

Yo suelo hacer lo mismo, pero por alguna razón, Noelle me ha insistido en que la acompañe a esta cena y como ella es tan generosa conmigo, no me permití negarme.

—Te gustarán, estoy segura. —Se refiere a sus amigas, entre ellas Alana, la cumpleañera, por quien están haciendo la cena—. La fiesta es a las siete, te pasaría a buscar pero estaré ocupada, y es solo dos casas a la izquierda. —Conozco la casa, pertenece a la señora Flintz, quien ha sido parte de la infancia de todos alrededor.

—Has dicho que es una cena.

—Es una cena temprana, vamos tarde así estaremos allí para la fiesta. —Suspiro y me trago las palabras, entramos en la vivienda pintada de rosa claro, es cálida en comparación con el clima fresco afuera, me doy cuenta de que no hay electricidad—. Mierda, alguien olvidó pagar las facturas —masculla Noelle—. Espero que me hayas traído ese vestido veraniego rosa y rojo que no necesita planchado.

—Lo hice, tranquila. —Vuelvo a suspirar, pasando los dedos por las cortinas empolvadas y mirando por las persianas la calle desierta. No me sorprende, casi son las seis de la tarde y empieza a oscurecer.

Ambas tomamos un corto baño en el patio, con agua fría porque las tuberías están averiadas. Es un momento divertido, me hace recordar nuestra infancia al bañarnos con la ropa puesta. Reímos y corremos dentro al escuchar risas masculinas viniendo del otro lado de la pared.

—No te preocupes, los conozco y te caerán bien —dice Noelle secando su cuerpo con la toalla antes de tirarla al suelo y poner sus pies en ella—. Date prisa. —Urge y le hago caso.

Ajusto el lazo rojo del vestido que va debajo del busto y acomodo mis pechos en el sostén. He traído el incorrecto, con este se desbordan si me muevo mucho. Terminamos de arreglarnos y vuelvo a escuchar las risas, esta vez más cerca, viniendo por el callejón que separa mi casa de la otra, las persianas están abiertas para que entre algo de luz y los chicos se detienen allí.

Deben estar alrededor de nuestra edad, tal vez un par de años más.

—Eh, Noelle, ¿quién es la morena que andaba contigo? Te vimos pasar con ella hace un rato. —Quien pregunta aún no me ha visto, es de piel chocolate y el pelo muy rizo, es mono. Aunque lo que tiene mi total atención son los dos que me observan fijamente. Son idénticos, hermanos gemelos. Ambos con la piel bronceada y puedo distinguir algunos músculos desde aquí, pero lo que más destaca son sus labios rosa oscuro, carnosos.

—La puerta delantera está abierta, entren —ordena Noelle. Los tres se empujan por el callejón hacia adelante y al poco están ingresando en la habitación. No se me hace raro que sepan dónde está todo porque todas las casas de por aquí fueron construidas con la misma distribución, muy pocas han remodelado.

—Hola, muñeca, soy Erick. —Fuerzo una sonrisa hacia él y me dejo caer en la silla al lado de la cama que está pegada a la pared y encima de ella las persianas por donde pasaron los chicos. Erick se sienta en la cama junto a mí y Noelle saluda a los otros dos con un beso en la mejilla.

—Noelle, estás hermosa —comenta el que está más próximo a ella, me fijo en que tiene las cejas perforadas, también las orejas y el labio inferior; de inmediato compruebo al otro pero no veo ningún accesorio en su rostro, pero con tan poca luz no puedo distinguir mucho.

Taboo WishesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora