"Para alguien que creé tenerlo todo, es difícil encontrar lo que en verdad le hace falta."
El último viernes de cada mes, Sehun se hospedaba en la habitación 307. Siempre la misma rutina desde hacia más de un año.
Luhan llevaba tres meses viendo al...
Luhan no había pasado el mejor fin de semana. Tenía que terminar algunos trabajos para el final del semestre y por más que había intentado concentrarse, sus pensamientos volaban hacia los huéspedes de la habitación 307.
Era lunes y había olvidado que tenía que asistir a una conferencia como parte de un trabajo de emergencia. Hubo trabajado duro para conseguir una beca y sus constantes retardos a la clase de Teoría del consumidor, amenazaban con bajar su impecable promedio, así que necesitaba ese punto extra si quería mantenerlo.
Apenas sonó su alarma para el desayuno, tomó una ducha y se puso lo primero que encontró limpio, sólo para estar en el auditorio de la universidad justo a tiempo.
Con los ojos hinchados y estado de ánimo en automático, ocupó uno de los lugares disponibles de las últimas filas, ya buscaría a su maestra cuando la conferencia terminara, más que nada para asegurarle que habia ido como se lo habia pedido.
Se sorprendió al ver que estaba lleno, los alumnos de su grado y de los grados superiores casi nunca asistían voluntariamente y bueno, empezaba a sentirse incómodo con tanta gente robando su oxígeno.
El rector apareció de la nada y dio la bienvenida a todos los presentes. Luhan discretamente vio a los que estaban en las filas de enfrente, deteniéndose en ninguna persona en especial, no era de tener muchos amigos y él único que tenía debía estar cómodamente durmiendo en su casa.
Después de la bienvenida del rector, la maestra Wu dio una breve reseña sobre los conferencistas, fue tan breve que ni siquiera escuchó los nombres.
Segundos después un hombre de no más de treinta años tomó la palabra, bastó un simple 'Hola a todos, soy Wu Yifan, trabajo en W&O', logrando al fin apaciguar a la multitud. No sólo era su voz la que imponía, viéndolo desde donde Luhan estaba, era un hombre completamente imponente.
Presentó en quince minutos el trabajo de una vida y cómo se manejaba cada área. Sin duda, el hombre sabía de lo que hablaba y Luhan notó el amor que tenía por su trabajo.
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Sin embargo, lo realmente sorprendente vino cuando presentó al encargado del departamento de marketing. Si tan sólo hubiese leído el folleto que la maestra les hubo dado, se habría dado cuenta que dos nombres le eran conocidos y ahí, no tenía que registrar a nadie, Oh Sehun era un hombre del mundo de la moda y Kim Junmyeon el modelo mejor pagado del momento y el orgullo de la Empresa W&O.
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