Lo de ayer

Nada más quedó tu recuerdo en mi corazón, la angustia de no tenerte, de ver el celular en las mañanas y no poder decirte ni "buenos días", de amarte en silencio, pero por dentro ser un caos queriendo gritarlo hasta que me escuches, con la voz partida, exigiendo lo que perdimos por medio del "te amo" más sincero y cargado de sentimientos que alguna vez vas a escuchar.

La angustia se transforma en un vacío en el corazón, que me acompaña día y noche, que no me deja en paz. Durante el día es más llevadero pero de noche, cuando el silencio me encuentra sentada en un rincón, es insoportable. A ese vacío se le suma la incertidumbre de no saber qué va a pasar, se suma el deseo de que tengamos un rayito de esperanza, pero también empieza la culpa, el dolor, la ansiedad... Y después de un rato de darle vueltas y vueltas a lo mismo, llegan los perdones, las acciones, pero lo más importante, llegan los cambios.

Llegué a conclusiones que nunca pensé llegar, me di cuenta de muchas cosas que hice mal y que en ese momento no caía en las consecuencias que eso estaba trayendo. Sé que no puedo quitar el dolor o bronca que sentiste en esos momentos, pero lo que sí puedo es cambiar eso para que, en un futuro, no vuelva a pasar, y créeme que lo hice.

Quiero arreglar las cosas y forjar algo nuevo, construido por nuestros cambios y el amor que nos tenemos. Mi corazón se cierra en que aún hay amor de tu parte y que esto solo es una confusión que el tiempo va a arreglar, pero mi cabeza detiene el tiempo en tu mirada... en las últimas horas, y ahí, todo se vuelve gris, haciendo que vuelva a pensar en tus palabras y nuestro pasado, haciendo que te extrañe cada día más.