Capítulo VIII: "Bad Way"

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*Al otro lado de Los Ángeles*

Levantó el auricular del teléfono de su habitación, gruño por él:

-          ¿Querrías decirme que jodida parte de 'que nada le pase' no entendiste? – gritó – ¡¿Por qué mierda está así?! – vociferó iracundo

-          En esto estoy señor, recupero los archivos de sonido, espere, Gallagher le felicitó, ella le agradeció, nada más ha de ser una reacción al asombro, un momento ella... fuma – dijo temeroso

-          Mal hábito, pero nada que no tenga solución – su voz ahora era pacífica -  mala forma de reaccionar, pero nada difícil de corregir, bien hecho – dijo esto y colgó

*De vuelta a la academia*

-          Me dijo que tenía potencial, gran talento, y que – aspire una bocanada de mi cigarrillo, lo siguiente lo dije soltando el humo – no quería que fallara, que si erraba que me levantara de inmediato – solté el último poco de humo que me quedaba y finalicé – eso básicamente,  los detalles están confusos en mi memoria – reí un poco al decir esto – si no hubiese sido porque me dio pena manchar el reluciente piso del estudio, juro que lo del bote- dije señalando con mi pulgar – estaría allí dentro - ambas carcajeamos con ganas

-          _______(tn), de verdad eres excelente, desearía llegar a ser tan buena como tu – soltó mientras aspiraba de su cigarrillo, luego lo soltó todo

-          Gracias – le dije – a mi me encantaría ser un apoyo tan fuerte como tú, tan buena amiga como tú – le solté, nos miramos y nos abrazamos

-          Te quiero – le dije – gracias por todo el apoyo

-          Yo también te quiero, gracias por todo – nos separamos y fumamos hasta terminar nuestros cigarrillos, mirando hacia la gran ciudad. Al terminar apagamos las colillas, las tiramos al basurero y subimos a nuestra 'planta del edificio'.

Al llegar instintivamente tomé mi teléfono y miré la hora, las 11:00, llamé a Austin, sonó dos veces y contestó medio adormilado:

-          _______ (tapodo), cariño, me estaba preocupando, ¿Cómo fue tu día? – dijo bostezando

-          Bien – bostecé – la directora de la academia me felicitó, y será ella quien nos imparta las clases, en general bien, sin complicaciones

-          ¿Segura que del todo bien? – dijo interrogándome

-          Va bien, me descubriste, mi reacción a la sorpresa no mejoró – reí

-          Sabía que no todo podía ser tan rosa – rió

-          Lo sé, lo sé, y, ¿Qué tal tu día?

-          Bueno, pues, ya sabes, universidad, casa, deberes, cama, nada fuera de lo normal –  me dijo un poco desanimado y bostezó

-          Sí, bueno, creo estas cansadísimo, te llamo mañana en la tarde, ¿Sí? – dije comprensiva

-          No, no, no, no creas que no me interesa, es cierto estoy cansado, pero quiero saber qué tal te fue – dijo interesado

-          No, te preocupes, mañana será, hoy ni tu ni yo prestaremos atención a lo que dice el otro, te amo.

-          Yo también – escuché su voz adormilada

-          Adiós – escuche su 'adiós' del otro lado y colgué. Me tiré encima de la cama y empecé a ordenar cada hecho del día, mirando hacia la pared de cristales, cuando Austin llegó a mi casa, las felicitaciones de la señora Gallagher, el cigarrillo con Antoniette a la salida del edificio, lo radical que había sido el cambio en sólo un día, en realidad horas.

Salí de mi habitación hacia el comedor dónde encontré a Antoniette con el celular en una mano conversando con su novio y con la otra revolviendo la nevera, en la encimera de la cocina un gran plato con ensalada, reí al verla en su afán, ella giró y sonrió, me hizo gesto de que me acercara, me paso unas frutas y ella sacó una salsa de chocolate, para luego cerrar la nevera, puso su teléfono en altavoz y comenzamos a comentarle a Jacob, así se llamaba su novio, Jake, como ella le decía, todo lo que nos había pasado durante el día, entre risas preparamos la comida, al terminar, ella se despidió de su novio y cortó el teléfono, nos sentamos en la barra de la mesa y comenzamos a comentar lo ocurrido durante el día, en un momento le solté

-          Se nota al hablarte que lo eres todo para él – ella sonrojó y bajó la mirada

-          ¿Tanto así?

-          Créeme, se les oye como par de tortolos – reímos

-          No tanto como ustedes se ven – estiró mi teléfono, donde en el fondo de pantalla, estaba con Austinen el jardín del aeropuerto, el besaba mi mejilla y yo sonreía, le habíamos pedido a una chica que nos tomara la foto

-          Tal vez –hice una pausa - es un empate - reímos


Derecho a Tocar [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora