II.

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Él es un hombre preparado. Su estrategia consiste en aprender todo lo posible de su rival y utilizar sus conocimientos sobre él (o ella, en este caso) para atraer sigilosamente a aquel individuo a una trampa cuidadosamente elaborada. Si bien su facultad para aprender violín siempre ha sido deplorable, su habilidad relativa a recordar información que pueda serle útil en el futuro se equipara a la de Sebastian, lo que, sumado a su análisis minucioso de diferentes situaciones, lo vuelve un individuo formidable.

Ahora, sin embargo, siente a su estrategia de confianza flaquear con brusquedad, porque fuera de que la información de la Duquesa de Sethershire era escasa en el mejor de los casos, la mujer misma era tan impredecible como una tormenta en pleno apogeo.

Todo lo que sabe de ella es que es, como ha dicho, impredecible, irritante, descarada y arrogante; en este último punto la Duquesa Blackwood como cualquier noble inglés que se precie debe ser, pero eso no le da ninguna información extra tampoco. Su inteligencia, si bien no a la par de la suya, es obvia, por la forma en que parece saber todo lo que ocurre a su alrededor y que hilos tirar para que el mundo se incline a su favor.

La ausencia de información relevante sobre ella lo ha forzado a tomar medidas desesperadas, la ha seguido luego de una de sus inesperadas visitas a su mansión, con el objetivo de aprender lo más posible sobre su más reciente contrincante.

Hay un ruido a sus espaldas, en un primer momento él cree que es Sebastian con algún tipo de información nueva sobre la Duquesa. Somete su sorpresa al notar el sutil perfume parisino que flota en el aire tras de él.

Algo presiona contra su hombro, se sienten como unas garras metálicas afiladas que atraviesan con facilidad la tela gruesa de su abrigo y la ropa bajo de él. Su aliento es cálido cuando se inclina y habla junto a su oído.

La presión aumenta con intensidad cuando se acerca, y puede sentir el frio del metal perforando su piel.

-No me gusta que se entrometan en mis asuntos, Conde. Prefiero que me pregunte directamente cuando necesite saber algo, a meter sus narices en situaciones que requieren suma discreción.

El metal afilado se desliza con lentitud por la piel entre sus omoplatos y gruñe brevemente ante el dolor que surge por el movimiento. Siente la sangre manar por su espalda y un escalofrío recorre su cuerpo en el momento en el que el frío de una mañana londinense la golpea.

-Considere esto como una advertencia, no seré tan indulgente la próxima vez.

Ella desaparece tan repentinamente como llegó, y él se queda ahí, de pie a un lado de la calle con una mueca de irritación en la cara, y la realización de que la reina sabía exactamente lo que hacía cuando declaró a aquella molesta mujer como su niñera.

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Y aquí está la segunda parte. :)

El Cuervo de la Reina (Kuroshitsuji) (Ciel Y Tu) [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora