Te quiero aunque sea orgullosa (BellowDiamond)

Capitulo VII: Hambre.

— Blue... ¿Qué es esto?

La albina se sorprendió por la pregunta y desvío la mirada hacia el piso provocando que Yellow pensara lo peor.

— Blue, ¿Tomaste éstas pastillas? —preguntó sin obtener repuesta— ¡Responde!, ¿¡Te tomaste éstas pastillas?! -volvió a preguntar desesperada.

— ¡No! —Respondió de golpe— ¡¡No lo hice!!... no tuve el valor...

Con esa simple repuesta la rubia soltó todo el aire retenido en sus pulmones, tiro las pastillas al suelo y fijó su vista de nuevo en su albina.

— ¿Por qué no me dijiste antes? —preguntó lo más serena posible.

— Me odiarías y te alejarías... —respondió en un murmuro mientras secaba sus lágrimas, aunque nuevamente volvieron a bajar- y de seguro ahora mismo saldrás de éste lugar y no volverás...

— ¿Y quién fue el estúpido que te dijo eso?

Eso dicho sorprendió a Blue, quién disimuladamente observó a Yellow.

— Yo nunca haría eso... —tomó la mano de Blue y le deposito un delicado beso— y menos abandonarte en ése estado.

Blue no sabía y no quería responder, por lo que simplemente de quedó callada mientras oía.

— Porqué yo... —abrazó de manera protectora a Blue, mientras ella escondía su rostro en el cuello de la rubia—... te amo...

El cuerpo de Blue se tensó a oír dicha confesión, sentía su corazón latiendo al millón, y pronto comenzó a sentir sus mejillas arder; sin pensarlo se aferró más al cuerpo de la rubia.
— Y-yo... —trató de responder, pero estaba muy nerviosa.

— Entiendo si no me correspondes... —siguió hablando abrazando más fuerte a su albina, como si ella se fuera a escapar.

— N-no... Yo t-también... t-te a-amo —murmuró tan bajo, que apenas Yellow la oyó, pero aun así, fue más que suficiente para que el ambiente tenso desapareciera.

— No quiero que mientas... por lastima... —pidió haciendo una mueca con sus labios.

— N-no te t-tengo lastima... —eleva la mirada, colocando con la de Yellow.

Ella se quedó hipnotizada por la azulina mirada de la más baja, aún con ligeras lágrimas en sus rojas mejillas. Con su pulgar limpió las lágrimas aún restantes y sin previo aviso, sintió una presión en sus labios. Y como la última vez qué hizo, abrió los ojos como platos; algo que obviamente no duró, ya que poco después fue cerrando los ojos a igual que Blue, disfrutando del inocente y cálido acto.

La sirvienta de vestido azul observaba desde la entrada de la habitación, pero para lograr eso, tuvo que ponerse en una rara posición, para observar el reflejo de sus mayores en el espejo de cuerpo completo que estaba ubicado en un ángulo perfecto.

Sonrió enternecida por la escena, en serio estaba alegre porque su jefa esté feliz. Por lo que fue bajando las escaleras hasta llegar a la cocina dónde estaba la mayoría de la servidumbre.

— Dame mi dinero —exigió la del fleco en su rostro a una chica muy bajita de ojos azules y piel morena.

— Ahg, para la próxima ganaré —se dijo a si misma sacando unos billetes de su bolsillo y entregándolos.

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Ya de noche, muy de noche -para ser específico, en la madrugada-, ambas adultas estaban acostadas durmiendo plácidamente, ya que Yellow aceptó quedarse ésa noche después de arreglar el problema que la hizo a escapar literalmente de aquélla reunión.