Capítulo 1

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Sofía

Podría empezar esta historia diciendo lo infeliz que ha sido mi vida, tal vez diría que mis padres nunca me quisieron, tal vez diría que me ocurrió algo tan terrible que me dejo marcada de por vida…o al menos eso les pasa a las protagonistas de todas las novelas que he leído. Pero admitámoslo, son solo novelas. Historias creadas por la imaginación de los autores o narradas desde otras perspectivas para ocultar que es una historia real. Como sea, este no es el caso. Pero te preguntaras, ¿Quién soy yo? Bueno, pues la respuesta es muy sencilla.

Mi nombre es Diana Sofía Ypresian.

Sí.

Mi madre veía muchas telenovelas y me puso uno de esos nombres raros….como Fernando José o Gustavo Alonso, algo parecido. Soy hija de madre Mexicana y padre Canadiense. Pero eso no importa. Así que vamos al meollo del asunto.

Mi historia.

Tampoco esperes una historia llena de intrigas, decepciones, aventura y todos esos componentes que me encantan de mis novelas románticas.

No.

Esta es mi vida y no tiene nada de romance en ella.

Cuando era una adolecente, decidí que mi vida la dedicaría en cuerpo y alma a estudiar y ser la mejor Bióloga marina del mundo. Me gradué de la preparatoria como la mejor de la clase, logré entrar a la mejor universidad del país, trabaje duro y me gradué como la mejor de toda la carrera. Conseguí una beca para estudiar en Australia, fui voluntaria en un buque para salvar a las ballenas durante casi dos años. Viaje, conocí, disfrute, aprendí pero nada me preparo para el más grande reto que el destino me tenía preparado: Un bebe.

¿Cómo demonios podría alguien en su sano juicio dejarme como tutora legal de un ser vivo tan pequeño?

¡DIOS!

Ni siquiera pude cuidar a mis mascotas cuando era pequeña, eso sin mencionar que falle la estúpida prueba de la secundaria. Si, esa donde te dan un huevo que tienes que cuidar durante un tiempo para que aprendas la responsabilidad de ser padre…aunque admito que mi huevo se rompió tantas veces que al final me pusieron una nota baja en la clase.

Pero al parecer, a mi hermanita ese pequeño detalle, se le borro de su cabeza el día que me nombro como tutora del pequeño Santiago. No me malinterpreten, no soy inhumana ni nada por el estilo. Pero me considero como la tía que malcría a los sobrinos y les da helado cuando están castigados, no la que impone las reglas…o al menos no en ese aspecto de mi vida.

Pero comencemos por el principio.

Hace algunos meses, recibí una llamada de mi hermana donde me decía que estaba embarazada. No supe si celebrar o gritarle por tan grande descuido, así que simplemente me guarde mis comentarios. Te preguntaras porque lo hice. Muy simple. Detesto al imbécil con el que se casó mi hermana.

David Olmos. El ser más despreciable y déspota que jamás conocí. Un ser humano que solo busca la forma de obtener beneficios sin realizar el mayor esfuerzo. Pero eso, le viene de familia. Sus padres son iguales, de algún lugar tuvo que aprender el mantenido ese.

No somos una familia rica, pero tampoco hemos carecido nada en nuestra vida. Mi padre es un hombre que trabaja y se gana cada bocado que se lleva a la boca al igual que mi madre, no seremos ricos, pero gozamos de una posición social que nos abre muchas puertas. Desgraciadamente, se tuvo que abrir un calabozo para mi hermana.

La familia Olmos solo buscó la forma de ascender en la escala social, y ahí es donde entra mi ilusa, tímida y confiada hermana. En resumen, mi hermana se casó con ese payaso y ahora estaba embarazada. Estaba furiosa, así que decidí ignorar sus llamadas algunos meses después, no conteste sus mensajes y creí que la indirecta estaba muy clara. No aprobaba sus decisiones.

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