eleanor; larry

seven

No sé cuánto había bebido pero sentía todo a mi alrededor dar vueltas pero no era suficiente para olvidar a Louis, sólo podía imaginarme a Louis en estos momentos besando a su estúpida novia o peor. Sentí náuseas de sólo imaginarlo o quizás sea producto de lo que había bebido, creo que es la segunda opción. Corrí hacia el baño de hombres para vaciar mi estómago, en otras palabras, a vomitar.

—Dame otro vaso —le hablo al barman y paso las manos por mi cara frustado.

—Suficiente por hoy, joven —una voz femenina me habló por lo que subí mi mirada, ella sonrió—. ¿Es algún problema amoroso, eh? —pregunta divertida.

Yo asentí observando el vaso vacío frente a mi y sonreí sin ánimos recordando que la discusión con Louis gracias a Eleanor, ella sólo nos traía problemas aunque me ha ayudado a darme cuenta de que estaba ilusionado por algo que nunca sería posible llamarlo una relación, larry era un bromance según todos. En algún momento también lo sentí una broma pero luego comenzó a ser más "real" y lo digo entre comillas porque jamás podría ser real públicamente gracias a nuestra imagen como banda, según nuestros productores eso nos arruinaría.

—No necesitas llenar tu vacío amoroso con alcohol —habló quitándome el vaso de la mano para limpiarlo y sonreír amable—. Sólo compra un gato y ya —bromea y yo río despacio.

—Ni los gatos me quieren —digo en un murmuro porque siento mis labios pesados como para hablar más alto, ella tardó de procesar lo que había dicho pero volvió a sonreír.

—Los gatos son lo más adorable del mundo —comenta emocionada. La observo y noto que su cabello está recogido en una coleta alta, muy desordenada, y éste es rubio. Sus ojos eran azules y me observa algo extrañada—. ¿Te sientes bien?

—Sí... No —quería mentir pero el alcohol me ayudaba a soltar mi boca para decir cosas sin permiso, ella se quitó aquel delantal negro que llevaba con el logo del club. Traté de levantarme pero mis rodillas estaban temblando por lo que casi caigo, unos brazos me ayudaron, vi que era ella.

—Necesitas aire, vamos —habla tratando de sujetarme para que yo no caiga, cierro mis ojos tratando de controlar el mareo que sentía pero siento el aire fresco contra mi cara por lo que abro los ojos lentamente—. ¿Te sientes mejor, no?

—Gracias —agradezco y comienzo a caminar o mejor dicho, me tambaleo y después de unos segundos siento un brazo alrededor de mi—. Deberías estar trabajando —le recordé soltando un suspiro.

—Mi turno ya acabó —comenta sonriente. ¿No le duele sonreír tanto?—. Imagino que debes tener hambre, ¿quieres ir a-

—Mira, no quiero darte lástima. Estoy bien, no necesitas fingir que te importo —la interrumpí soltándome de su agarre y sollocé recordando que siempre era yo el chico "aburrido" de la banda. Ella me observó en silencio—. Todos me tienen lástima y estoy harto de eso.

—¿Terminaste? —pregunta de brazos cruzados y alzando una ceja. Yo fruncí el ceño—. La gente es una mierda, por eso existe la comida —exclama divertida por lo que comienzo a reír sonoramente mientras cierro mis ojos, ella ríe también y pongo la mano en mi boca para calmarme pero resulta que sigo riendo—. ¡Ven conmigo y comamos hasta rodar felices por el mundo!

—Bien pero tú invitas —hable entre risas comenzando a caminar junto a ella, era muy agradable. No había mencionado que se le hacía familiar o que yo era integrante de One Direction, hace mucho tiempo no me sentía así. No podía tener amistades gracias a mi fama, especialmente con las chicas porque sólo querían algo más que amistad. Sólo considero a los chicos y a las fans como mis amigos incondicionales porque se que siempre estarán ahí.