Capítulo 6

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FRANCELINE

A lo lejos se podía distinguir una silueta; me parecía bastante familiar. Conforme me acercaba a ella, más sentido tenía para mí. Cuando estuve a un metro de distancia, el rostro de mi padre se me apareció en frente. Tenía una sonrisa cálida y me recibía con los brazos abiertos. Una luz cegadora estaba tras el, y a lo lejos se podía ver un sendero, un hermoso sendero. Corrí a sus brazos pero cuando estaba cerca de él simplemente desapareció, la luz se apagó y una oscuridad y un silencio tenebroso se hizo presente. A lo lejos reapareció la silueta, y corrí nuevamente tras ella, pero sólo lograba que se alejara, conforme más corría más desaparecía de mi alcance. No sabía qué hacer, así que comencé a llorar, un vacío se formó en mi pecho y me sentía aterrada y desconsolada. De un segundo a otro algo comenzó a llenar el vacío y escuché susurros, sentí una paz inexplicable y después fué como flotar en una nube. Dormí placenteramente por alguna nueva razón.
Al abrir mis ojos me costó unos segundos adaptarlos a la luz del día, había amanecido, inhale hondo y miré a mi alrededor, lo que ví hizo que me parara inmediatamente de la cama, ocasionando un horrible movimiento en ésta.
- ¿Pero qué...? - hice una mueca de dolor,  la cabeza me daba vueltas, sentí que caía pero unos fuertes brazos me sujetaron y me recostaron nuevamente en la cama.
- Deberías dormir otra vez - dijo aquella voz que me calmó al instante.
Y así, con el recuerdo de su presencia volví a dormir tranquila.

- Franceline - una voz familiar me hizo despertar

- Franceline.
- ¿Qué sucede? - dije mientras abría un poco mis ojos para encontrarme con él, ahí parado. Estaba en mi habitación, todavía.
Me senté en la cama y ví que traía consigo una bandeja con un sándwich y un vaso con  jugo de naranja. No recordaba la última vez que había comido algo. Colocó la bandeja a un lado mío, miré la comida e hize una mueca de disgusto, no me apetecía comer nada.
- No comeré - sus labios se curveraron  hacía arriba.
- Claro que lo harás - aseguró.
- No - dije segura. Se acercó a la cama y colocó sus manos en sus rodilas a l vez que se inclinaba un poco para quedar a mi altura y posó sus ojos en los míos.
- Comerás - afirmó con confianza.
Media hora después no quedaba ni rastro de la comida, todo me lo había comido bajo la atenta mirada de Tray. Me observaba victorioso cuando habló.
- Cámbiate, iremos a dar una vuelta.
- ¿Qué? - ¿quién se creía para darme órdenes? - No, no quiero salir.
- Pues lo harás - aseguró a la vez que llevaba sus brazos detrás de su cabeza, permitiéndome observar lo tonificados que estaban y lo sexi que lucía con todos aquellos tatuajes.
- No... - buscaba y no encontraba mi seguridad.
Sonrió y salió de mi habitación llevando consigo la bandeja que antes estaba llena. Lo escuché hablar con mi madre y llena de idiotez y curiosidad comencé a cambiarme. Miré por la ventana, se veía que hacía un poco de frío, una chamarra no iría mal. Bajé a la cocina y me encontré a mi mamá sonriendo, cuando me vió su sonrisa se hizo más ancha conforme avanzaba hacía mí.
- Franceline - besó mi mejilla - que les vaya bien. - sus ojos cálidos me examinaron, la sonrisa seguía ahí.
Tray y yo salimos de la casa, el viento frío golpeó mi rostro al instante, inhale profundo mientras mis ojos se cerraban involuntariamente, hacía mucho no salía de mi habitación.
- ¿Por qué haces ésto? - pregunté intrigada en un tono muy bajo, más para mí misma que para él.
- ¿El qué? - dijo sin dejar de caminar.
- No nos conocemos en realidad, dormiste en mi habitación, - bajé la vista , - me cuidaste, y ahora... - se acercó a mí, miró fijamente mis ojos y dijo:
- Debes distraerte, tu vida debe continuar.
Asentí con la cabeza pérdida en aquel laberinto de sentimientos color verde esmeralda.
- Ven - tomó mi mano y me guío hasta su auto negro. Abrió la puerta del copiloto para mí y se fué a su asiento, se puso tras el volante y comenzó a conducir.
- ¿A dónde vamos? - pregunté mirando a través de la ventanilla.
- A donde quieras - sus ojos no se despegaron de la carretera.
- Pues...no sé - recargé mi cabeza en la ventana y cerré mis ojos, la oscuridad me absorbió en su totalidad, escuché gritos y me perdí en mi misma.

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¡Hola!
Les deseo lo mejor
Gracias infinitas mis Sweet Creatures

- G

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