Capítulo 2

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TRAY - (Susodicho)

-Marck, te digo que es diferente, no sé qué tiene, pero hay algo diferente en ella - ya estaba enojado, Marck no me creía, llevaba unos 5 minutos intentando explicarle que ésta vez era diferente. Pero es tan necio...
- Seguro está buena y te la quieres coger - afirmó muy seguro de sí.
- ¡Que no! ¡Maldición! ¿Me estás escuchando? Es diferente. - sin darme cuenta estaba gritando, mi paciencia se agotaba.
- Como digas, ya me contarás cómo les fue en...
- Hijo de... - mascullé.
-Ya, ya, - me interrumpió - "es diferente" - dijo imitando mis palabras - oye, te dejo, mi chica llegó, estaremos allá dentro de unos meses ¿de acuerdo?.Tal vez ya estés casado con esta chica que te trae todo loco - pude notar una pizca de sinceridad detrás de toda esa mierda de sarcasmo que cargaba su tono de voz.
- De acuerdo - murmuré, mis ánimos se habían esfumado por completo, jamás me creería, no hasta que le probase lo contrario. Él pensaba que era una noche más, una más de tantas que he tenido...y no sé, talvez lo era, estaba buena, cierto, tal vez tenga razón y sólo le traigo ganas, muchas ganas.
Fruncí mis cejas en un momento de reflexión, miré a mi alrededor, mi apartamento estaba vacío, en lo que a almas respecta, ¿qué sería tener a alguien por aquí? ¿Qué sería preocuparse por algo? Por alguien...
Inhale hondo y llené mis pulmones de aire, caía en el mismo error tantas veces...
Salí a la terraza y un viento frío golpeó mi cara, saqué un cigarrillo y lo encendí, lo llevé directamente a mis labios y le dí una calada profunda, entonces sus ojos llegaron a mi mente.
Sus ojos marrones, hermosos ojos marrones ocultos tras aquellos cristales, bajo aquellas pestañas que por tener la vista gacha siempre los cubren, y sus labios, sus pequeños y redondos labios, como me gustaría sentirlos...y...su cabello, esa chica me está volviendo loco.
Dí otra calada a mi cigarrillo y lo apague, debo dejar de pensar y de preocuparme.
Aún recuerdo su cabello moviéndose en aquel mar de alumnos, destacaba sobre todos, ella... parecía inmersa en su mundo, fue entonces cuando chocó conmigo, sí, ella chocó conmigo, pero yo me disculpé, ¿por qué? No quería perturbar su paz, se veía...tan tranquila. Cuando la ví entrar en aquella aula, después de haberla seguido como todo un acosador que soy, claro, me adentré sin tener la menor de idea de porqué, sólo sentí algo que  me decía que tenía que ir ahí, fingía estar perdido entonces, cuando tuve la suerte de verla, parecía tan lejana.
Cuando estábamos en el aula 7 se veía... diferente. Parecía tener una lucha interna consigo misma, se puso nerviosa cuando pasé a su lado, pude notarlo, me encantó, por cierto; verla tan indefensa e insegura ante mi presencia, sin duda alguna era algo totalmente estimulante verla así, tierna, pero...mierda, totalmente exitante.
- Es diferente - me repetí una última vez en voz alta.

FRANCELINE

- ¡Jhon!, ¿qué cosas dices...? - me encontraba sentada en una banca en el patio de la escuela junto con mi mejor amigo, Jhon, el cual se encontraba parado frente a mi diciendo cosas que era imposible no me sacaran una sonrisa involuntaria del rostro. Me dolían las mejillas de tanto reír, y la mañana iba empezando, tal vez sería un buen día.
A lo lejos pude notar a aquel chico de la otra vez. Caminaba hacía... ¡mí! Dios caminaba  hacía mí. Jhon no se percató de eso pues él le daba la espalda, así que continuó con su relato.
- De verdad, Franceline, si...
Dejé de escucharlo cuando el susodicho me sonrió, una leve sonrisa, ni siquiera sé si cuenta como sonrisa. Sin darme cuenta le devolví la sonrisa, o tal vez sonreía por las cosas que decía Jhon, o tal vez por qué me alegraba ver de nuevo a aquel chico, nunca lo sabremos porque olvidé hasta mi nombre cuando me habló.
-Hola - su voz me hizo estremecer, pero fue lindo, bastante lindo.
- Hola - wow, palabras, ¿quién lo diría? Lucía tan guapo con su ropa negra en totalidad, y sus...deja de ver sus labios, ¡Franceline!
Sus ojos se encontraron con los míos y reflejaron un poema entero, escrito con letras que sólo yo entendía...estaba escrito en el idioma del amor...o de los locos, como sea, personas enamoradas o locas, al final es lo mismo. O al menos eso me pareció a mí.
Jhon interrumpió mi lectura y de repente me parecía extremadamente fastidioso, sobre todo al hablar, su voz no era la misma,era...irritante.
- Ah, para ser su amigo debes hacer una cita previa y están todas ocupadas por esta vida para mí - fruncí mi ceño al escuchar aquello, no sólo por lo que dijo, si no por su voz, ¿había dicho ya que su voz me comenzó a irritar?

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