eleanor; larry

four

Estaba acomplejado observando mi torso desnudo frente al espejo, hoy era de esos días que me siento mal conmigo mismo. Podría ser más delgado o quizás más apuesto como los chicos, me gustaría ser algo mejor. Siempre he tratado de no concentrarme en los comentarios negativos sobre mi pero son más negativos que positivos.

¿Cómo puede existir gente que vive insultando a los demás, digo, quiénes son ellos para criticar?

—¿Harry? —preguntó Louis entrando a mi habitación sin tocar, yo me alarmé colocando mi gran playera y lo observé con una sonrisa. Louis lo miraba con una expresión triste en el rostro.

—¿Qué pasa? —pregunté alarmado, él no respondió y siguió avanzando hasta mi. Levantó mi playera, yo bajé mis brazos impidiendo que la quitara.

—Déjame verte, quiero enseñarte algo —murmuró tomando de mi mano y guiándome hacia el espejo. Yo cerré mis ojos tratando de no llorar—. Abre los ojos.

—No quiero ver, soy horrible —negué cerrando mis ojos con fuerza, Louis depósito un beso en mi mejilla.

—Ábrelos, Hazz —murmuró en mi oído, yo suspiré dándome por vencido y abriendo mis ojos.

Louis tenía sus brazos alrededor de mi cadera y su mentón apoyado en mi hombro, depositaba pequeños besos en él y yo reí observando nuestro reflejo.

—Siempre me hacer prometer cosas, ¿verdad? —tomó mis mejillas con sus manos obligándome a mirarlo a los ojos—. Ahora necesito que tú me prometas algo.

—Está bien.

—Prométeme que nunca dirás que eres horrible otra vez —dijo mientras hacía un énfasis en la palabra nunca, yo dirigí mi mirada hacia el suelo, negando rápidamente.

—No creo poder hacerlo —confesé. Él levantó mi mirada nuevamente.

—Harry, mírame. Eres hermoso, todo en ti es hermoso —dijo con una sonrisa, podía ver sus ojos y confirmar que lo que decía era verdad—. ¿Lo prometes?

—Lo prometo, Louis.

(...)

Pero ahora, había sido yo quien había roto una promesa. Estaba observándome en el espejo mirando que en mi, no había cambiado nada, seguí siendo el mismo monstruo horrible de antes. Quizás por eso Louis había decidido buscar a alguien más, yo era sensible e inútil, siempre la gente pasaba por encima de mi por el simple hecho de que confío muy rápido en las personas.

—Soy horrible —murmuré viéndome al espejo.

—Harry, abre —una voz me llamó mientras tocaba la puerta de mi habitación, yo bufé.

—¡No estoy! —grité enfadado, sabía que era Louis y no quería verlo.

—Por favor, quiero hablar contigo —escuché decir a través de la puerta.

—No tengo nada de que hablar —golpeé la puerta con mi pie.

—Sí tienes, ayer saliste corriendo del departamento —dijo en voz baja y yo rodé los ojos.

—Estoy preparándome para un maratón —respondí sarcástico y él suspiró.

—Sólo quiero disculparme, ¿podrías abrir?

—Déjame pensar, uhm —abrí la puerta encontrándome con la mirada de Louis—. No —respondí dispuesto a cerrarle la puerta en la cara pero él puso su pie impidiendo que lo hiciera.

—Vamos, no seas inmaduro —gruño él empujando de la puerta haciendo que la abriera de todas formas, me crucé de brazos mirándolo.

—¿Liam te mandó? —pregunté sin mirarlo, estaba molesto.

—¿Qué? —él dijo en voz aguda y agarrando su nariz viéndose tierno.

No, no es tierno. Es un idiota, pero uno muy tierno.

—Que si Liam te mandó a disculparte conmigo —repetí y él se encogió de hombros.

—¿Importa? —dijo con una sonrisa sentándose en mi cama.

—Mira, Louis. Quiero que si quieres disculparte, sea porque tú lo quisiste —dije tomándolo del brazo obligándolo a alejarse de mi casa. Él me miró confundido—. No porque Liam te lo pidió.

—Sólo quiero tu apoyo, quiero que apoyes mi relación —comenzó él alzando sus brazos y yo lo miré incrédulo, ¿en serio me está pidiendo que apoye esa estúpida relación sin futuro?

—No lo haré —dije confiado de mis palabras, él me miró decepcionado.

—Aceptaste a Sophia —habló él tomando su cabeza con ambas manos sentándose en mi cama nuevamente—. ¿Por qué a Eleanor no?

—No puedes comparar la relación de amistad que tengo con Liam y la relación que teníamos nosotros —aclaré sentándome junto a él poniendo mi mano en su espalda.

—Te considero mi mejor amigo —murmuró manteniendo su vista al suelo, yo reí sin ganas.

—Yo te considero más que eso —tomé aire tratando de contener los miles de insultos que pasaban por mi mente—. Estoy enamorado de ti, tú dijiste que también lo estabas de mi.

—Lo siento —levantó su cabeza mirándome a los ojos, ya no sabía diferenciar en ellos si sus disculpas eran sinceras o otras simples mentiras.

—Ya no confío en ti —contesté manteniendo la mirada contra la de él, para que viera que no mentía. De verdad ya no confiaba en Louis.

—Tú no entiendes, ¿verdad? —preguntó sonriendo con tristeza, yo no respondí—. Sólo quiero apoyo, que alguien apoye mi relación. Sé que ella no es una santa y puede romper mi corazón, no soy idiota.

Me quedé en silencio, él paso las manos por su cara y se levantó de la cama.

—He perdido seguidores, hemos perdido las pre-órdenes para nuestro álbum, pero he perdido alguien muy importante. Te he perdido a ti, sólo pido que me apoyes. No pido que seas su amigo, no es eso. Sólo quiero que estés conmigo, que las fans lo estén porque se supone que tienen que apoyarme para cuando las decisiones que tomé, salgan mal y termine cayendo. Ustedes deberían estar ahí para ayudarme a levantarme —hizo una pausa para limpiar las lágrimas de su rostro y mirarme—. Tú deberías estar conmigo cuando yo caiga.

—Louis, yo... —traté de decir algo para defenderme pero tenía razón. Estaba siendo egoísta, nunca había pensado en cómo se sentía él al respecto, estaba perdiendo apoyo y yo no veía eso. Quizás fue su actitud no fue la mejor pero Louis era alguien muy importante para mi. Si él es feliz, también lo seré. Porque su felicidad es todo para mi.

Él se fue de mi habitación al no escuchar una respuesta de mi parte. No tenía una respuesta clara, pero una frase conocida paso por mi mente.

Si amas algo, déjalo ir. Si no vuelve, es porque nunca fue tuyo.

Yo amaba a Louis y estaba dispuesto a dejarlo ir, aunque él no volviera. Yo seguiría amándolo igual que siempre.

...

¿alguien quiere una dedicación?