Capítulo 16 "-¿No vas a hablar?"

11.4K 1.2K 178
                                    

Siento las ásperas manos de alguien tocando mi piel.

Como si alguien tratara de lijar mi cuerpo y llegar a contemplar mi carne.

Me retuerzo entre sus manos y abro los ojos como platos. Todo está oscuro, hasta que una pequeña luz se enciende frente a mí y aquel rostro que rogué a los cielos nunca volver a ver, se encuentra a unos centímetros del mío.

Retrocedo por instinto pero sus celestes ojos me persiguen.

Bajo la mirada a mi cuerpo y me sobresalto al darme cuenta que estoy desnuda.

Rodeo mi cuerpo con mis manos en un débil intento de ocultar mi piel expuesta y doblo las rodillas para esconder mi intimidad.

Jamás me había sentido más expuesta en mi vida.

Una sonora carcajada sale de los labios de David y todo mi cuerpo tiembla del miedo.

-No tienes nada que ya no haya visto -alega con aquella horrible voz que me persiguió por años.

Abro la boca con la intención de espetarle algo, pero es como si mis cuerdas vocales hayan sido congeladas.

-¿Qué? -se burla acercándose más -¿Te comió la lengua el gato? -lo piensa un momento más y ríe -¿O debería decir el lobo?

La sangre empieza a calentarse en mi sistema pero decido mantener la calma, o por lo menos intentarlo.

-¿No vas a hablar? -se vuelve a burlar -Eres una zorra, ya te lo había dicho. ¿Por qué piensas que Adam te dejó? Él siente asco por ti, linda. Asco, porque eres una cualquiera que ni siquiera fue virgen cuando se acostó con él. Le repugnas. ¿Acaso pensaste...? -vuelve a reír y se lleva una mano a la frente -¿Pensaste que se fue para protegerte o porque se sentía culpable de algo? ¡Se fue porque no soportaba tocar el cuerpo de una zorra! Yo lo escuchaba cuando se acostaba contigo, y cuando te quedabas dormida, recurría a una ducha urgentemente. Se sentía sucio contigo.

Algo en mi pecho se presiona con tanta fuerza que duele. Duele como el mismo infierno.

Quiero gritarle que se calle. Quiero agarrarle el cuello y estrujar su pecho hasta sacarle el corazón con mis propias manos.

-Pero no puedes -me responde como si hubiese leído mi mente.

Lo miro con todo el odio que soy capaz de demostrar. Él me responde con un sonido extraño con la lengua y luego niega con la cabeza acercándose.

¡Quiero que se aleje!

Se agacha a mi lado, a lado de mi descubierto cuerpo y tiemblo, tiemblo de inmediato.

Una de sus manos se posa en mi rodilla y un horrible escalofrío invade mi cuerpo al instante. ¿Por qué hace esto?

Mis uñas se presionan a mis costados, clavándose justo a la altura de mis costillas.

Solo debo ser capaz de controlar mi cuerpo...

Acaricia mi piel y siento como si espinas fueran clavadas bajo su tacto. Su mano va corrompiendo mi cuerpo y se desliza por mi muslo desnudo.

La impotencia me carcome y siento una sensación desesperante en mi pecho que me hace reaccionar.

Me remuevo bajo su tacto intentando poder controlar mis músculos, pero no funciona.

Justo cuando David ríe e intenta bajar aún más su mano, veo sorprendida como un golpe lo hace apartarse de mí y es lanzado a unos metros lejos.

ADAM II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora