Capítulo 11: La organización

4.9K 467 64
                                    

Giré la cabeza en la cama y reconocí el olor, estaba en casa. Abrí los ojos. Por las cortinas beige entraba una luz cálida que me reconfortó. Reconocía dónde estaba, era mi habitación. Una sonrisa soñolienta recorrió mi cara. Hacía tiempo que no me sentía tan bien, todo había sido una pesadilla.

Estaba estirando los brazos para desperezarme cuando mi brazo chocó contra algo que se quejó con un gruñido. Me incorporé rápidamente en la cama mirando atónita a Jake que dormía tranquilamente boca abajo. La sábana sólo le cubría medio cuerpo, podía ver sus brazos y espalda desnuda. ¿Qué había pasado la noche anterior?

"Que no esté desnudo, que no esté desnudo..." rogué. Levanté un poco la sábana y vi que estaba con la ropa interior. Inmediatamente me miré a mí. Llevaba la camiseta de mi hermano con la que solía dormir. "¿Qué pasó ayer?"

Repasé mentalmente, "llegamos a casa, tomamos unas galletas, me curó el brazo..." y ahí todo empezaba a estar muy borroso. "Creó que en un momento dado me llevó en brazos a la habitación, ¿o eso fue subiendo las escaleras? ¿o fue un sueño?..." No estaba segura. Seguí un buen rato intentando recordar que era lo que había pasado, pero sólo recordaba cosas esporádicas y no sabía si eran realidad o no. Tenía claro que el recuerdo de huir a caballo mientras nos seguía un coche militar no era real, pero... ¿el beso había sido real? Recordaba un beso tierno y cálido, pero se me juntaba entre un montón de recuerdos sin sentido.

Salí con mucho cuidado de la cama para no despertarle. Sólo llevaba la camiseta y la ropa interior, cerré los ojos deseando que me hubiese cambiado yo sola de ropa aunque no me acordase.

—¿Qué tal te encuentras hoy? —Me sobresalté y me fui junto al armario bajando todo lo que podía la camiseta que sólo me cubría el trasero y muy poco de los muslos. ¿Cómo conseguía siempre pegarme esos sustos?

—Dime que ayer me cambié yo de ropa —le dije con una mirada suplicante.

—Te desmayaste mientras te limpiaba la herida. Cuando te tumbé en la cama me dijiste que no pensabas dormir con la ropa sucia. Sólo te eché una mano para cambiarte. Pero te prometo que intenté mirar lo menos posible. —Una sonrisa pícara le recorrió la cara mientras levantaba una mano a modo de promesa. Se me abrieron los ojos sin dar crédito a lo que estaba oyendo—. No deberías de sentirte avergonzada tienes un cuerpo muy bonito.

¡¡Eso era lo que me faltaba!! Sentí cómo la cara me ardía de vergüenza. Metí una mano en mi armario para buscar un pantalón sin soltar con la otra el extremo de la camiseta para que no se levantara. Cogí lo primero que encontré, unos vaqueros rotos que usaba para limpiar la casa. Me valía. Jake ya se había incorporado y se acercaba a mí en ropa interior. Pensaba salir de esa habitación antes de que llegase a mi lado, pero fue más rápido y se puso delante de mí para cerrarme el paso. Estaba muy atractivo con los bóxers, lo que hacía que me sintiera más incómoda y me pusiera más nerviosa.

—Espera, Lena... tranquila ¿vale? No ha pasado nada, no te he tocado ni un pelo. Te ayudé a cambiarte, pero te respeté en todo momento. Si te quedas más tranquila lo hice con la luz apagada y no se vía nada. —No me atrevía a mirarle a los ojos así que tenía la vista fija en su pecho.

Estaba fuerte, más de lo que parecía cuando estaba vestido. Aunque para nada tenía el cuerpo hinchado de músculos como el dependiente de la tienda de suministros, el único chico con quien había tenido una relación y de la que me quería olvidar por lo desagradable que fue. Después de esa fugaz experiencia tuve que cambiar de tienda y eso me obligaba a recorrer varias manzanas. Sólo me lié con él porque era guapo y tenía curiosidad, después de haber flirteado un tiempo me dejé llevar. Prefería olvidar lo que pasó y olvidarme de los chicos. Mi hermano siempre me había protegido de los chicos de la banda y yo no había puesto pegas, cuando me independicé me animé a tontear con él y después de eso no quise saber nada más. Había sido horroroso.

Sector 0: El despertar (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora