Revenge © |B#3|

Capítulo #47

—West —lo llamé. —¿Puedes ayudarme?

El chico se acercó a mi. —¿Qué ocurre?

—¿Podrías refrescarlo mientras hablo con Troy?

—Claro. —dijo al mismo tiempo que tomaba mi lugar.

Sin pensarlo dos veces me levanté y me acerqué al chico de ojos azules.

—¿Podemos hablar? —pregunté en voz baja.

Asintió. —¿Qué pasa?

—Luther. —murmuré. —Está empeorando.

—¿Empeorando?

—Desde que llegamos a Londres tiene fiebre, y hasta el momento no he podido aliviarla. —respondí. —Me está preocupando, Troy.

—¿Ya traste...

Asentí. —Lo he estado haciendo todo el tiempo, la sanación no está funcionando. —retorcí mis dedos. —¿Existiría la posibilidad de que... tú sabes... perdiera sus poderes? —susurré.

Sus ojos se abrieron con sorpresa. —¿Perderlos?

—Si, Troy. Perderlos. —dije con obviedad.

—No lo creo... es decir, tal vez, pero eso significaría que Luther en parte es... mortal. —dijo un poco confundido.

—¿Hijo de un Sodagidnaight y un Mortal? —pregunté, mientras él asentía. Me aseguré de que nadie nos estuviera escuchando y me acerqué más a él. —¿No se supone que no sobreviven al parto?

—Hasta donde sabemos, ellos no tienen una vida... longeva. Mueren muy jóvenes, si es que no mueren al nacer. —respondió. —A menos que la parte Elemental sea más poderosa.

—¿Cómo sería ser un Sodagidnaight Elemental?

—Eso tendría sentido. —dijo. —La sangre del linaje Elemental es más... poderosa que la de un Elemento cualquiera.

—Llevarla en las venas haría posible que sobreviviera. —concluí. —¿Existiría la posibilidad de que Luther perdiera esa parte?

El chico de ojos azules dirigió su mirada al castaño. Su frente de empezó a arrugar al mismo tiempo que mordía sus carnosos labios. Lo conocía perfectamente cómo para saber que su cabeza empezaba a maquinar una respuesta a mi pregunta.

—Es posible. —me dijo. —La sangre es muy esencial para la vida, todos sabemos eso. Luther al tener sangre Elemental y Mortal, necesita más sangre para curarse.

—Y al perderla, su parte Elemental abandonó su sistema. —Troy asintió. —No hay nada que podamos hacer ¿cierto?

Negó. —Esto ya es problema de la medicina; transfusiones, operaciones, medicamentos... todo lo Mortal que no tenemos.

Suspiré. —Morirá ¿no es cierto?

—Esperemos que no...

El sonido de algo romperse interrumpió nuestra platica. Todos los que los encontrábamos en la habitación dejamos de hacer lo que estábamos haciendo para escuchar con más atención lo que sea que estaba pasando detrás de la puerta. De un momento está cayó con un estruendo, abriendo paso a lo que era el pasillo. En el umbral de lo que antes era la puerta apareció una figura masculina que identifiqué con rapidez.