Niña

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Solo teníamos dos opciones, y caminar hasta la estación no era la mejor forma de no llamar la atención. Azael llamó a un taxi y los cuatro lo abordamos, la cara del taxista fue graciosa, cuatro chicos mojados y uno con cara de sufrimiento. (Bastián)

Por un momento pensé que llamaría a la policía pero en vez de eso condujo en silencio en todo el camino, Nicolás iba a mi lado izquierdo y Azael al derecho, Bastián había sido el copiloto, aunque la dirección yo la habría dado.

Solo había un lugar en toda Costa Rica en donde pudieran estar, la casa de Joe.

El taxista se detuvo en frente de la preciosa casa blanca de dos plantas, Joe trabajaba policía, pero tenía buenos ingresos mensuales gracias a su segunda profesión como arquitecto.

–Son ¢5, 000 colones.

–¿Disculpe?–preguntó ofendido Bastián.–Fue menos de tres kilómetros.

–La maría no dicta eso.–dijo el señor gordito señalando el artefacto que controla el costo por kilometraje.–Son ¢5 500.–volvió a recalcar.

–Su maría está alterada.–le acusó Bastián enojado.

–Alto.–habló Azael, el chico rubio le extendió un billete de cinco mil colones y el taxista lo tomó.–Sé que su maría está alterada, procure arreglarla o llamaré a la policía y les daré su número de placa.

Bastián se bajó con una cara de pocos amigos del taxi, seguido por Azael, Nicolás fue el último en salir del taxi y una vez que se fue decidí caminar hacia la puerta de mi tío político.

Toqué el timbre con los tres chicos atrás de mí, por un momento me sentí dentro de una mala comedia americana.

La puerta se abrió revelando a un hombre alto, musculoso y bien parecido. Joe.

–¿Phoebe?–preguntó extrañado, asentí y sus ojos se dirigieron a las personas que estaban detrás de mí.

–¿Están en casa Sophie y Thomas?–pregunté rápidamente para llamar su atención, el adulto de cabello negro asintió y alzó una ceja.–Oh, ellos son mis amigos.–dije restándole importancia.


–Estás mojada.–miré mi atuendo y sí, efectivamente aún seguía con la ropa mojada.–Entra, dile a tus amigos que también pueden entrar.
Asentí y me giré hacia ellos, con un movimiento de cabeza les indiqué que se acercaran, pasé por debajo del umbral de la puerta con la mirada inquisidora de Joe sobre mi espalda.

–Tom está en su habitación.–asentí y me dirigí hacia las escaleras que estaban en frente.–...y Sophie está en casa de Fiore.–paré mi andar en seco y lo volví a ver.
–¿En casa de tía?–a lo que él asintió. No podía ser posible...–Si, creo que lo olvidé, iré a saludar a Tommy.

–Bien, yo hablaré con tus amigos...

Subo las escaleras y golpeo la tercera puerta del pasillo, la izquierda. "¡Está abierto!" grita alguien al otro lado.

Abro la puerta y sonrío al ver a Thomas mirar por la ventana, el niño de cabello y ojos castaños se voltea y me da una pequeña sonrisa.

–Sabía que vendrías por mí.–me acerco a él y lo abrazo, Thomas me devuelve el abrazo y una vez que nos separamos nos sentamos al borde de la cama.–¿A dónde iremos?

Miro sus ojos porque es lo único que puedo hacer, veo la esperanza y el alivio. Miles de posibles escenarios de Thomas siendo herido se aparecen en mi mente a tal punto de girar mi cabeza de manera desaprobatoria.

El niño frunce el ceño.–Lo siento Thommy...–lentamente su ceño fruncido se va transformando en una cara triste y ojos llorosos.–Escúchame.–el niega violentamente y las lágrimas comienzan a rodar por sus ojos, intento acercarme abrazarlo pero se aleja.

–¡No me toques!–grita enojado mientras pasa sus manos sobre su rostro.

Nunca había visto una rabieta de esta forma, principalmente porque Thomas nunca ha hecho rabietas. Hasta ahora, por un momento pienso en llevarlo conmigo, pero rápidamente la idea es desechada, hoy por un momento pensé que no tendría escapatoria y la sola idea de que me atrapen con Thomas me da escalofrío, podría soportar cualquier cosa que me hicieran a mí, pero no ver que le hicieran daño a él.–Es por tu seguridad.

–Quiero a mami.–murmuro el niño de tan ocho años solo el corazón me dolió, mis ojos se aguaron y los cerré dejando que las lágrimas salieran.

Transcendence la Profecía(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora