El canto de un dragón

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Malon descansaba en el Castillo, con su barbilla sobre su mano y su mirada en la lejanía, en algún tiempo le gustó mirar a los valles, pero eso ahora le era imposible.

Desde la caída de termina, se había visto obligados a retroceder.

Si bien aún mantenían el dominio en en las tierras del oeste y el norte, sus aliados se habían alejado de la guerra y se posicionado de forma neutral.

Por la puerta se escucho un leve crujido, y su amado entró de forma lenta, agotado.

Dark se desplomó en la cama que compartían suspirando frustrado.

-Ni un sólo rastro-gruño- no encontré absolutamente nada-

Malon lo miro dolida después de tanto tiempo el...

-No me mires así, no saldré en otra expedición en al menos dos semanas, zelda me pidió que me quedará con ella-

Tenía sentido, las fuerzas de Arn eran cada día más fuertes.

Dark había visto el Ejército en una ocasión y se había visto obligado a retroceder, los superaban en número de de manera soberbia.

Tal vez hubiesen podido con el si Tare estuviera con ellos, pero no lo estaba.

Un pequeño escalofrío recorrió su espalda en el momento que Malon peino con sus dedos los cabellos de su nuca y arrastró su mano hasta el final de este casi al final de su espalda.

-Tal vez...-

Dark le lanzó una mirada un poco tosca, Malon ya había intentando anteriormente disuadirlo de su búsqueda de la linterna, habían tenido muchísimas discusiones e incluso se había separado un tiempo, pero aquello se había solucionado.

-Lo siento-susurro-sólo no soporto verte así-sonrió-

Llevaban un buen tiempo juntos y aún así el no lograba entender del todo ese sentimiento de saber que alguien te ama.

-Estaría peor si me rindiera-estiro su brazo y tomo a Malón recostándola sobre el-

Ella rió nerviosa, con la guerra y los meses de separación, aún era un poco inexperta

-Eres aunque no lo creas- lo beso con cuidado-un auténtico cielo-

Dark aguanto una risotada, le gustaba un poco el lado curso de ella.

Se lanzó voraz ante los labios de ella, procuro no morderla demasiado fuerte.

Trató de sellar en su mente cada recuerdo, el sabor dulce y hogareño de los labios de ella.

Acarició por arriba de su ropa las caderas y sus manos que trabajaban juntas se separaron, una fue a parar a la mejilla de ella que le devolvía sus besos con igual pasión, la otra más valiente se aventuró por debajo del vestido carmín de Malon y acaricio en círculos su trasero.

Malon se movió un poco dándole más libertad sea usar ambas manos y ella trabajar con sus besos el cuello del moreno.

Con ambas manos y con la barrera de la ropa eliminada, Dark clavo sus uñas en Malon y tras un leve gruñido por parte de esta, el comenzó a dale placer a ella con el simple toque de sus manos acompañado con besos feroces al cuello de ella.

*Sala del Trono*

Zelda estaba centrada en su trono, con la mirada fija en la nada, divagando.

El Ejército de Arn había sido contenido en termina, lo que antes fue un ejercito disperso y solo golpes de mercenarios se había convertido hacia unos pocos años en un ejercito perfectamente organizado.

Héroes (La leyenda de Zelda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora